Si bien el llamado Nuevo Cine Rumano ya tiene más de una década de vida, el talento de sus directores no para de sorprendernos. El año pasado se estrenó en Argentina la excelente "Sieranevada", de Cristi Puiu, y ahora llegó la inquietante y áspera "La desaparición", de Constantin Popescu ("Principles of Life"). El planteo es (o parece) simple: un hombre felizmente casado y de clase media sale a pasear con sus dos hijos a un parque cercano. De pronto, en un segundo y prácticamente delante de sus ojos, su hija de cinco años desaparece como si se la hubiera tragado la tierra. La familia recurre a la policía, el padre vuelve una y otra vez al lugar de los hechos, pero la pequeña no aparece. A partir de ahí, Constantin Popescu construye un drama y un thriller en cámara lenta (la película dura 152 minutos) tan realista como incómodo. Aquí vuelve a estar presente esa cualidad del cine rumano de reflejar la vida cotidiana con una naturalidad asombrosa: la cámara entra a ese hogar que se va desmoronando como si fuera una intrusa, observando a los personajes en cada gesto y detalle. Así aparecen la desorientación, la culpa, las sospechas, la frustración y el impulso de investigar por cuenta propia, en medio de la desconfianza en las instituciones y el desamparo frente a la burocracia y el orden establecido. El final de "La desaparición" tarda en hacer implosión, pero enfrenta al espectador a interrogantes profundos y a sus demonios más oscuros.