En “La desaparición”, el director rumano Constantin Popescu se dedica a explorar un tema bastante difícil como es la pérdida de un hijo. Tudor es el padre de una familia tipo común y corriente, va a buscar a sus hijos al colegio, tiene reuniones con amigos y una relación amorosa con su mujer Cristina. Pero todo esto va a destruirse gradualmente a partir de la desaparición de su hija, María.
Popescu busca que el espectador logre conectar con el drama de manera profunda y personal, es por eso que para relatar la historia se vale de recursos que demandan su absoluta atención. Utiliza planos secuencia extensos en los momentos claves ubicando la acción del personaje principal a diferentes distancias, incluso, por momentos, fuera del encuadre. Hace que el público sienta el paso del tiempo y tome nota de que los hechos importantes suceden imperceptiblemente de un momento a otro. La escena más destacable de la película es aquella en la que Tudor se encuentra en el parque con sus hijos. Allí podemos presenciar su cotidianidad de forma directa y honesta hasta que ocurre el hecho trágico: su hija desaparece inadvertidamente sin dejar rastros, sin testigos ni explicación alguna.
A partir de esto, toda la película se tiñe de un abanico de emociones intensas y desconcertantes asociadas, por supuesto, con la pérdida, el enojo, la impotencia, la culpa y el dolor. Es interesante ver cómo los personajes van pasando de un estado emocional al próximo. El film propone indagar dónde va a terminar cada uno y cómo llegan hasta allí, de que forma van a manejar esta situación de pérdida y en que medida afectará a su familia. Ambos actores logran plasmar ese recorrido en sus cuerpos con absoluta destreza. Pero es el personaje de padre a quien seguimos más de cerca y es quien se corrompe más por lo sucedido debido a su incapacidad de lidiar con la culpa de haber perdido a su hija y su obsesión por encontrarla.
La desaparición definitivamente no es una película para todo el mundo, tanto por su temática como por su estilo narrativo y su longitud. Pero esto no le quita interés. Es un film que busca explorar una sensación desconsoladora de manera profunda y hay que estar dispuesto a ir con ella a dónde quiere dirigirse, no va a tratar al espectador con delicadeza y tampoco va a darle todas las respuesta.