El film de Breck Eisner mantiene en vilo a la platea
En un pequeño pueblo de Kansas todo es tranquilidad, y sus habitantes dejan transcurrir sus días con total monotonía. El sheriff tiene poco trabajo en ese lugar casi paradisíaco, mientras su esposa ejerce como médica en el hospital local. Sin embargo, todo ese sosiego se verá trastocado con el hallazgo de un cadáver. Pero el episodio no tardará en complicarse cuando varias personas comienzan a enloquecer y a asesinar. ¿La causa? El agua contaminada por un arma bioquímica.
Horribles zombis y gente no contaminada serán asesinados para evacuar el pueblo. Desde el principio, la historia, una remake de la película original de 1973 dirigida por George Romero, logra su propósito de entretener y de transitar a pura acción hasta un final inesperado. Litros de sangre, cadáveres desfigurados y suspenso sin altibajos son los mayores elementos que el realizador Breck Eisner utilizó para relatar esta aventura que, aunque su tema ya fue tratado muchas veces por la cinematografía norteamericana, logra su fiel propósito de inscribirla en las buenas muestras del género.
Las actuaciones de Timothy Olyphant, Radha Mitchell y Joe Anderson supieron sacar buen partido a sus respectivos papeles. Entretanto, una impecable fotografía, una música de acertado ritmo y los efectos especiales, que son aquí una de las mayores atracciones, hacen de La epidemia uno de esos films que mantendrán en vilo a aquellos espectadores que siguen con apasionamiento este tipo de aventuras que oscilan entre el suspenso, el terror y la ciencia ficción.