Para rescatar a Baba Yaga y Renfield de las garras de la cazadora de monstruos Mila Starr, la familia Wishbone se transforma una vez más en, un vampiro, Frankenstein, la momia y el hombre lobo. Con la ayuda de sus tres murciélagos mascota, la Familia Monstruo vuelve a recorrer el mundo para salvar a sus amigos. Aparecen grandes monstruos como Nessie del Lago Ness y el Abominable hombre de las nieves. Es decir que ponen todo lo que tienen acá. Producto mediano, con muestras de desgaste, con arranques de diversión y momentos de pura rutina. Es complicado sostener un producto tan mecánico que copia a tantos otros que ya hemos visto. No hay nada nuevo bajo el sol, pero acá todo se ve aún menos nuevo. Los chistes actuales para las nuevas generaciones se ven tan forzados como ridículos. Un film de animación de segunda línea con poco para ofrecer. Solo sirve como juego para ver quien reconoce más referencias, plagios y homenajes en lo que dura esta película.
Para liberar a Baba Yaga y Renfield de las garras de la cazadora de monstruos Mila Starr, la familia Wishbonese se transforma una vez más en vampira, el monstruo de Frankenstein, una momia y un hombre lobo. Con la ayuda y complicidad de sus tres murciélagos mascotas.Juntos recorrerán el mundo para salvar a sus amigos y hacerse de otras relaciones. Cuatro años después de la primera de la saga, llega la inevitable secuela, con el mismo equipo creativo comandado por el director Holger Tappe y el guionista David Safier. Se presentan los nuevos personajes que revelan el origen de sus leyendas, la tímida Nessi, el ingenuo y solitario Yeti del Himalaya y el musical King Conga. Hay aventuras, entretenimiento para los más chicos, cuestionamientos al concepto de familia y a la vana idea de buscar la perfección como único objetivo. Creativamente se le ven los “homenajes e inspiraciones” tantas veces repetidas, ya sin la sorpresa de la primera y con poca efectividad. Para los más chiquitos entretenimiento módico.
Nueva entrega de esta saga en dónde los clásicos personajes de antaño se revisitan para completar un relato sobre la amistad, familia y resilencia.
Secuela de una exitosa animación de 2017, esta nueva aproximación a la familia Wishbone se inicia con un extraño personaje que captura al conde Drácula para, después revelada como la niña Mia Star, ocurra lo mismo con Baba Yaga y con Renfield, secuestrados cuando están realizando su boda. Max, el muchacho Lobo de esta historia, busca impedir por todos los medios que se lleven a la abuela y trata de convertirse en el aguerrido lobezno para dar batalla. No lo consigue, aunque luego logre transformar a toda la familia otra vez. Así Vampiria, Frankenstein, la Momia y el Hombre Lobo van al rescate y deberán enfrentarse a la familia de Mía, Marlene y Maddox Star, quienes son los que obligan a la pequeña a capturar criaturas para plasmar un oscuro plan, teniendo como próximo objetivo al monstruo del lago Ness. Sin la originalidad de la primera, esta familia logra entretener con su inocente pasatiempo para toda la familia que combina aventuras para los más pequeños y referencias a las películas de Misión: imposible y el Universo Cinematográfico de Marvel, para los más grandes. Lo hace al precio de un guion con buenos momentos y muchos lugares comunes y una animación que no otorga nada nuevo ni de especial calidad en la materia. Por desgracia, las voces originales tampoco se escuchan en este estreno, que llega con copias exclusivamente dobladas al castellano. Con todo, el cine alemán para niños logra posicionar en tiempos posmodernos nuevamente un producto propio como lo hiciera con La historia sin fin. Los resultados son otros, pero también los tiempos son distintos. Y los niños ya no son tan niños.
¿Quién dijo que las segundas partes son malas? Bueno, digamos que puede haber excepciones, más aún en el cine infantil animado. Los Wishbone están de vuelta y una nueva familia se presenta: Los Starr. Conocidos como los científicos más ricos del planeta por realizar causas benéficas, su encuentro no será de las mejores. Ante el inesperado secuestro de Baba Yagá (Catherine Tate) y Renfield (Ewan Bailey), Max (Ethan Rouse) decide utilizar el amuleto de la bruja, ahora en etapa de aprendiz, para nuevamente convertir a los cuatro integrantes protagonistas en los personajes que les permitieron autodescubrir sus virtudes y defectos, rescatarlos y descubrir el verdadero plan de los millonarios. Sinceramente, siento que esta trama es más interesante que su predecesora. Si bien era necesario entender el trasfondo de la familia principal y el viaje que tuvieron que hacer para comprender el verdadero propósito de su vida, al no depender de una fuente madre esta historia se desprende hacia un buen puerto al incorporar nuevos personajes dentro de la cultura popular del subgénero del terror: los monstruos. Incluso, en esta cinta vemos una evolución tanto en los hijos como en los padres, y en cuanto al conflicto se añade la lucha entre la magia y la ciencia, dos áreas que nunca se llevaron bien, dos polos completamente opuestos debido a su filosofía. Bajo un mismo equipo técnico, volví a tener el mismo inconveniente de las canciones utilizadas que, en esta ocasión, no superan del 2017 ¿es una broma, no? Más allá de este pequeño detalle, el film apuntado a un target ATP (Sigla de Apto Todo Público) es una digna secuela.