La planificación de eventos implica un ritmo de vida bastante movido, no hay tiempo para estar quieto mientras un salón tiene que ser armado para recibir a los invitados. Por tanto hay que correr, ir detrás de cada detalle, ver que todo quede impecable, lidiar con los extraños gustos de los clientes, tener el training necesario como para poder dirigir a distintos grupos de trabajo, entre ellos: los cocineros, mozos, fotógrafos, decoradores y músicos. De esto se encarga Max Angély (Jean-Pierre Bacri) desde hace ya más de treinta años pero ahora comienza a llegar a su recta final mientras acepta que lo más apropiado sería jubilarse.