La Gomera es la séptima película del destacado director de cine y guionista rumano Corneliu Porumboiu, responsable de obras mayores como Bucarest 12:08 o Policía adjetivo, también realizador de cintas más recientes como El tesoro o Fotbal Infinit y considerado uno de los nombres claves de la Nueva Ola Rumana de Cine. El filme en cuestión cuenta con las actuaciones de Vlad Ivanov y la modelo Catrinel Marlon.
La historia de La Gomera dista bastante en cuanto a género si tomamos como referencia el cine de Porumboiu: con claros tintes de thriller, el personaje central es Cristi (Ivanov), un policía que a la vez es custodiado porque sus superiores desconfían de él. Conocerá a Gilda (Marlon), quien será la encargada de ofrecerle viajar de Bucarest a la isla de La Gomera para aprender el silbo gomero; mediante esta forma podrán comunicarse sin ser descubiertos, y sin importar la distancia, con el objetivo de liberar a Zsolt (Sabin Tambrea), el único que sabe el lugar específico en donde están escondidos 30 millones de euros. No obstante, la figura de su superiora Magda (Rodica Lazar), quien sospecha todo el tiempo de Cristi, le traerá sus complicaciones. Para jugar un poco con la linealidad de la trama, el cineasta rumano por momentos alterará el orden de los hechos, lo cual le da cierta dinámica al filme, pero también puede llegar a confundir en algunos momentos en lo referido al entramado de la historia.
La Gomera demuestra con claridad la categoría de Corneliu Porumboiu, no solo uno de los grandes cineastas de Rumanía, sino también en lo referido a nivel mundial. Porumboiu logra salir de su zona de confort, para trasladarse a un género que no le es habitual, alejado de la tonalidad de sus primeros filmes, pero sin perder la esencia. En ese sentido podemos remarcar la cruza de géneros, ya que al margen de su formato de thriller, habrá lugar para situaciones cómicas. No será su mejor película, pero La Gomera es mucho más dinámica, probablemente más accesible para un público medio, y donde al menos por momentos aparecen detalles que son propio de su cine; habrá también pequeños homenajes a cintas de Melville, Hitchcock, etc. Si bien es cierto que el juego en las temporalidades en algunos pasajes puede llegar a confundir, en general están bien distribuidos, dando progresivamente información acerca de los ocurrido, e imprimiéndole una dinámica certera. Las actuaciones en líneas generales están acertadas, y en lo referido a fotografía, montaje y música todo está acorde a lo que este nuevo largometraje de Porumboiu requiere.