Hace tiempo que vengo siguiendo los lanzamientos de MarGen Cine y en particular, de la carrera de Ernesto Aguilar. Cineasta que ha generado muchos films bajo la premisa de hacer productos muy económico en términos de realización, su habilidad reside en proponer escenarios austeros e instalar conflictos locales en él.
En esta oportunidad nos llega un trabajo que ha sido exhibido en el BARS hace poco tiempo: "La gracia del muerto". Aguilar tiene cierta inclinación hacia el género suspenso/terror y ha probado su formato en varias ocasiones más (piensen que ya superado la barrera de los 16 largometrajes), siempre intentando sorprender con un enofque personal, muy de barrio, con personajes que evidencian una cotidianeidad colorida, aunque para los cultores del mainstream, parezcan simples aficionados.
"La gracia del muerto" es una historia que parte de una premisa que roza con lo hilarante. Arnaldo (Carlos Benincasa) es un quintero de pocos recursos que vive solo. Cierto día descubre, preparando el terreno para sembrar, que hay un muerto en su jardín. Este cadáver tiene un aspecto extraño (maquillaje ahí!) y se parece a un vecino suyo, pero claro, ¿cómo va a ser eso posible?
En este unvierso, lo es. Tanto como para que aparezca la mujer del muerto (Leticia Gonzalez Aranda) y le cuente la verdad: el que está dando vueltas por su terreno es su marido, a quien ella mató porque la engañaba. Pero gracias a su hábiles dotes de magia negra, lo ha transformado en un zombie para todo servicio. Y además, sabe como conseguir un dinero importante que podría servir...para arreglar las incomodidades de este desastre. Digo, tener un muerto viviente dando vueltas por tu casa, no es poca cosa... O si?
De ahi en más, habrá un camino construído en base a mates, diálogos surrealistas con humor negro, y la explotación comercial del muerto. Mejor no pregunten demasiado.
Como en trabajos anteriores de Aguilar, la espontaneidad es su mejor arma. Sin embargo, el absurdo que propone no funciona como debería, porque el zombie, carece de carisma y tiene poca participación real en el film. Cierta energía de campo contenida y el impulso de algunos deseos ocultos (exagerados, en función del guión), van estimulando un climax esperable, donde es fácil anticipar el final de la historia.
En líneas generales, "La gracia..." no se aparta demasiado de lo que ya le hemos visto al prolífico cineasta. Tiene sus elementos característicos y su impronta independiente. Sí, nos hubiese gustado mucho más humor y tal vez, una exploración diferente de locaciones, con mayor protagonismo para el hombrecito que dio el mal paso.
No puede decirse mucho más, excepto que como siempre decimos, este es un cine alternativo y de ruptura, que hay que tener en cartelera, más allá de lo que puedan decir los amantes de los productos tradicionales. Como nota de color, siempre el cine de Aguilar ofrece material para un público diferente.