La guarida del lobo: El ser humano y otros animales.
“La guarida del lobo” es la nueva película dirigida por Alex Tossenberger. Protagonizada por Gastón Pauls y acompañado de un excelente secundario “José Luis Gioia”, cuenta la historia de un evento poco significativo en un primer momento, pero que avanza hacia lugares que nadie puede esperar. ¿Vale la pena seguirle el rumbo?
Esta película cuenta la historia de Vicente (Gastón Pauls), quien es encontrado inconsciente en el medio de una montaña de nieve por Toco (José Luis Gioia). De buenas a primeras hay que destacar la química que se construye en estos dos personajes, que al tener una historia tan simple, termina centrando toda su atención en esta pareja actoral. El avance de la relación entre estos dos personajes es todo en el film, y pese a que luego llegue la aparición del personaje interpretado por Victor Laplace, el foco nunca se aleja de lo que es importante.
Por otro lado, fuera de la relación de estos personajes, hay algo importante y curioso en el film relacionado a lo animal. Elementos como la relación de Toco con unos perros que usa en el trineo, y lo feroz de algunas situaciones remarcan esta semejanza que tiene el humano con el supuesto animal salvaje. Esta analogía, presente en todo el film, es definitivamente lo más interesante en todo el metraje y funciona como diferenciador artístico de cualquier obra similar.
Por otro lado, desde lo visual la construcción fotográfica es muy buena. Cualquier foto que haya en esta review no se compara a la experiencia de ver esta película en una sala de cine. Sus planos abiertos y repletos de vacío, su color tan cuidado y una paleta bien manejada genera una sensación de estar en esas montañas llenas de nieve y desolación.
Eso si, no todo es color de rosas, y mientras la película desarrolla una profundidad muy buena en estos dos personajes, también se ve forzada a introducir un conflicto principal en la historia. Esto no tiene porque ser necesariamente malo, pero cada vez que aparecía el conflicto principal, en el cual un empresario (Victor Laplace) quiere comprarle las tierras a Toco, la película caía en ser una más del montón, perdiendo esa valiosa identidad que construyó. Esto termina de explotar en un final que, a pesar de ser sorpresivo, parece tener poco que ver con los personajes y con la historia que estaban contando.
En conclusión, este film es una película de cine. Realmente vale la pena ir a verla en una sala, y a pesar de que no sea perfecta y que haya elementos en su trama que generen algo de ruido, por el final de la historia, su visionado es realmente una buena experiencia. Llena de momentos de suspenso, de acción y hasta de comedia, “La guarida del lobo” es un excelente acierto en la filmografía de Alex Tossenberger y una muy buena reflexión sobre el ser humano, sobre la naturaleza, y sobre la naturaleza humana.