Sólo una denuncia
Maximiliano González construye en La Guayaba (2013) un fallido relato sobre la trata de personas en el noreste argentino que derrapa por su sensiblería cercana a un culebrón latinoamericano y una serie de fallas técnicas y narrativas.
En el segundo trabajo de Maximiliano González (La soledad, 2006), Florencia (Nadia Ayelén Giménez), una adolescente de 17 años, es capturada por una red dedicada a la trata de personas y encerrada en el prostíbulo de un pueblo del que mucho no se conoce su ubicación. Una vez instalada en el lugar es tratada como una esclava en pleno siglo XXI, dentro de un espacio frecuentado por todo tipo de personas, incluidos policías, empresarios y políticos.
El valor más potente de La Guayaba radica en la denuncia que formula, aunque narrativamente puede ser cuestionado por una sucesión de situaciones confusas, que desde el guión no se aclaran y tampoco aportan nada al conflicto. Al menos en la forma que se plantean dentro de la trama. Otro de los problemas a los que se enfrenta el film es a su puesta en escena demasiado televisiva, con una fotografía que se contrasta entre plano y plano. Sin que haya justificación alguna se pasa de un plano saturado en la composición del color a un contraplano opaco, como si se tratase de una elipsis temporal o espacial cuando en realidad todo ocurre en el mismo espacio-tiempo.
La trata de personas se tocó en los últimos tiempos en películas que se nota han influenciado a La Guayaba, como el caso de La mosca en la ceniza (2009) dirigida por la fallecida Gabriela David o el cortometraje María (2012), de Mónica Lairana, y casualmente protagonizado por la misma actriz. Pero a diferencia de estos, en donde sí hay una construcción visual y narrativa armónica, La Guayaba termina enredándose en un laberinto de situaciones y pretensiones que opacan el resultado final y el sentido de una película de estas características.Siendo más rescatable la denuncia en sí misma que la forma elegida para contar y mostrar un tema tan rico en matices y personajes que Maximiliano González no supo aprovechar.