Relata las experiencias de una adolescente víctima de la explotación sexual.
No es la primera vez que llega este tipo de historias al cine, hace poco se estreno "La mosca en la ceniza" (2009) de Gabriela David protagonizada por Paloma Contreras y Dalma Nerea Maradona, donde mostraba dos amigas que llegan a Buenos Aires desde el Noroeste buscando un futuro mejor, pero son víctimas de un engaño, son obligadas a trabajar en un prostíbulo en contra de su voluntad e intentarán sobrevivir, una de ellas busca la forma de huir y la otra se resignará.
Un tema sacado de la actualidad, la trata de blancas y la esclavitud sexual muy penosa en nuestros días. Más de 27 millones de personas en todo el mundo son víctimas y lamentablemente son pocas las mujeres que logran escapar de estas mafias que las explotan y menos las que se atreven a contar su experiencia. Desde 2008 en Argentina se han rescatado más de 3500 víctimas, por eso a través de estas situaciones se pide que no seas cómplice denuncia llamando al 145.
Y como se llega a esto, casi siempre vienen de la misma manera necesidades económicas y la inocencia, acá Florencia (Nadia Ayelén Giménez) de 17 años, llena de sueños, vive junto a su padre y cuatro hermanos en las afueras del Iguazú. Hasta que un día una mujer simpática que le regala cosas le ofrece un trabajo en una casa de familia en Buenos Aires, ella no quiere irse y dejar a su familia pero su hermana la convence, la situación económica y el futuro es difícil y ese dinero sería de una gran ayuda.
En un principio Florencia goza de buenos tratos pero cuando se alejan esta mujer la hace viajar en el asiento de atrás y la maltrata, luego la deja en un bar al costado de la ruta y quien la recibe es Raúl (Raúl Calandra, “Fantasmas de la noche”), la mete en una habitación pequeña es una especie de sótano y todo se transforma en un gran calvario.
Aunque ella intenta escapar en varias ocasiones no lo logra, este hombre la golpea y la viola más de una vez, la hace hablar con su familia para que no sospechen, le da un plato de comida de forma miserable y la obliga a tener relaciones sexuales con quienes concurren al lugar, con todo tipo de personas, dirigentes políticos, empresarios, policías, entre otros, en ese lugar todos se mueven con total impunidad. Y todas las mujeres que viven allí y se encuentran sometidas, sufren todo tipo de violencia, humillaciones, hambre, hasta las obligan a consumir drogas y echan sus destinos a la suerte.
La historia comienza bien pero luego se hace un poco lenta, no ayuda demasiado el guión, levanta un poco más la trama cuando ingresa el personaje de Marilú Marini, un ser bastante misterioso, otros de los personajes son: El oso (Lorenzo Quinteros), una especie de barman, además vivió un época oscura y Bárbara (Bárbara Peters) como una madame vencida por el alcohol y desconsuelo, hay secretos, un gran desconsuelo y congoja. Esta historia le puede suceder a cualquier mujer, por eso el mensaje más importante que tiene la película es el de comprometerse ante cualquier irregularidad que uno vea y la denuncie. La guayaba significa muchacha muy joven y agraciada.