De la directora de Home llega una película dardenniana acerca de un chico que roba esquíes, guantes, gorros y anteojos de un lujoso resort y luego los revende a conocidos. Prácticamente a cargo de su hermana mayor (Léa Seydoux), que no parece hacer mucho más que salir con tipos (no queda claro si se prostituye o no), el enérgico y muy pícaro niño se va enredando cada vez más en “el negocio” mientras la situación familiar también continúa complicándose.
Pequeña pero intensa, muy bien hecha y actuada, esta segunda película de Meier sólo peca de cierto psicologismo de salón a la hora de resolver el conflicto entre estos hermanos. La verdad de esa relación, de cualquier manera, es un elemento de intriga extra, y que deja un final más que abierto e inquietante. Multipremiada en la Berlinale, resulta otro muy buen paso de esta talentosa directora franco-suiza.