Contraste violento
La Laguna (2015), de Víctor Bailo, es un documental que no sólo pone el foco sobre la degradación ambiental sino que hincapié sobre las distintas realidades que conviven en un mismo lugar.
Declarada como Reserva Natural Provincial en el año 2012, La Laguna de Rocha es un escenario donde afloran distintas realidades. Bailo deja en claro que el documental juega con la idea del contraste y todos los actores sociales que desfilan frente a la cámara vienen a reforzar esto.
Lo interesante de La Laguna es que no sólo hace hincapié en la contaminación originada por las industrias aledañas, sino en los distintos hechos históricos que rodean este lugar lleno de misterio. Desde la llegada de los españoles en el siglo XVI, pasando por el retorno de Perón de 1973 y hasta la historia de un supuesto fantasma que merodea entre los pastizales.
Bailo divide el documental en cuatro capítulos tomando como eje las estaciones del año y refleja con el uso de planos generales los cambios climáticos durante los 365 días del año. Otro de los puntos altos del documental es la utilización de las tomas aéreas donde el espectador puede tomar conciencia del tamaño de la reserva y de los contrastes que allí habitan.
La Laguna tiene algunos altibajos como por ejemplo la cantidad de tiempo que se le da a la secuencia de los tres hermanos y el descubrimiento del supuesto fantasma o la insistencia con mostrar a un niño que recorre el lugar sobre una canoa. En ambos casos se le destinan demasiados minutos a secuencias que se explican solas en un tiempo más acotado.
Sin embargo, Bailo lleva adelante un documental sólido en su estructura y con un ritmo uniforme que, a pesar del comentario hecho en el párrafo anterior, pone en evidencia una realidad urgente y un contraste violento.