Una mujer, en un día agitado Algo esquemático en su narración cinematográfica y poco creíble en sus resoluciones escénicas, el filme tiene una correcta actuación de Anahí Hoenestein. La película del ecuatoriano David Nieto Wenzell, que debuta en el largometraje con esta historia ambientada en Guayaquil, cuenta lo que le pasa a Aurora (Anahí Hoenestein) una madre divorciada, con un hijo de catorce años, Nicolás (Nicolás Andrade), que se ve "tironeada" por las multiples actividades que debe atender cotidianamente. La intención de la película es demostrar que a pesar de que en la actualidad pareciera que todo se resuelve a través de una llamada por el celular, no es así. Porque cuando la enfurecida maestra de Nicolás llama a su madre para notificarla que va a expulsarlo de la escuela el último día de clase, la mujer pareciera tomar el hecho como algo menor y duda entre ir a buscar el perro, el auto que está en el taller, o sumarse a una reunión de trabajo. NIÑO CON ADULTOS El contraste entre ese "día de furia" que vive la mujer y la despreocupación del chico, que pareciera no darle importancia a la amenazas escolares, permite darse cuenta que unos y otros parecen ir por rumbos equivocados. Las autoridades de la escuela porque sólo se quedan con la anécdota de lo que sucedió en clase, sin ahondar en la vida del muchacho. La madre porque no sabe cómo detener su "rueda" de obligaciones y demandas y el niño porque a pesar de que no lo expresa, parece entender los compromisos de su madre, quien al final lo va a buscar al colegio, quedando en claro que a través del silencio, madre e hijo parecen entenderse. David Nieto Wenzell muestra buenas intenciones sobre lo que ha logrado plasmar en la pantalla. Su historia podría ser un cortometraje -pero "La llamada" se estira a setenta y seis minutos-, no obstante resulta correcta en su mensaje, no exento de cierto contenido didáctico, en el que propone que a pesar del avance tecnológico, la incomunicación ocupa un lugar bastante importante en nuestras vidas. Algo esquemático en su narración cinematográfica y poco creíble en sus resoluciones escénicas, el filme tiene una correcta actuación de Anahí Hoenestein.
No es la remake de Ringu con Naomi Watts sobre un fantasma en una cinta de VHS, no es el film de suspenso próximo a estrenarse con Halle Berry en un Call Center de ayuda a la mujer; aunque comparten título, nada tiene que ver esta La llamada con esos exponentes de Hollywood. Estamos hablando de una Co-Producción Ecuatoriana-Argentina, aunque nuestro país sólo haya aportado dinero y todo el equipo sea del país de Rafael Correa. No es novedad decir que Ecuador no es un país con una filmografía plagada de títulos, no llegan a los diez por año, y recién ahora están acercándose a este número por medio de fomentos y acuerdos de co-producción tomándolo como un logro. Menos es de esperar que alguno de esos títulos traspase su frontera. Pero viendo el resultado de esta película, rogamos porque sea una tendencia en crecimiento, una cinematografía a descubrir a la que hay que prestarle atención. La historia se ira desarrollando por capas, como una cebolla pelándose, pero para empezar a entender, esta breve reseña está bien. El resto es mejor ir descubriéndolo. La llamada es un film básicamente simple, directo. No tiene grandes logros estéticos, ni momentos deslumbrantes, pero sí una tranquilidad y una historia que atrapa como si estuviésemos frente al mejor suspenso. Si bien no es sorprendente desde lo visual, sí es detallista, minimalista, cada cosa está en su debido liugar y adrede para lo que se quiere decir; y ese minimalismo incluye las actuaciones, sin sobresaltos pero sobresalientes, tremendamente logradas. Anahí Hoeneisen como Aurora nos hace creer todo lo que le pasa y todo lo que dice, sus cambios de actitud, y el caos interno en el que vive, la película no sería la misma sin ella; el resto del elenco, en menor medida (es un protagónico absoluto) acompaña muy bien. Tal vez a alguno le parezca declamatoria, lenta, aburrida, morosa y moralista, extremadamente simple. Pero es el paquete que maneja La llamada, y juega más a la sutileza que al mensaje directo. Nieto nos muestra un mundo colapsado, atacado por lo tecnológico y que impide la comunicación entre los humanos, impide ver los verdaderos valores sociales; la conexión con la familia y nuestros seres queridos. La llamada no está destinada a convertirse en un éxito de taquilla, ni siquiera en su país lo fue; es para ese nicho (ojalá fuese grande) que todavía disfruta del mensaje detrás de la imagen, que busca que un film le deje algo más que un impacto visual que se olvida a los quince minutos. Si existen las pequeñas grandes películas, esta es una de ellas, y bienvenido sea si llegan más como ella.
La vida a través de un celular Interesante película sobre una mujer y su lucha diaria para sobrellevar las cargas de la vida, pero que falla estrepitosamente a la hora de crear un fuerte relato creíble donde a fuerza de personajes estereotipados y situaciones comunes se intenta forjar una trama de apariencia naturalista. Una trama simple que aburre por su continua inocencia a la hora de presentar los problemas reales que aquejan a este mundo. Si bien "La llamada" tiene intenciones nobles al preocuparse por brindar un mensaje positivo sobre la alienación humana producida, en este caso, por el exceso trabajo, carece de todo tipo de originalidad o naturalidad. Nada en este relato es genuino. Todo parece más un cuento moralizante para chicos pequeños, que un acercamiento hábil o profundo sobre las dificultades de una familia quebrada por el divorcio de los padres, en donde la madre no puede contra las presiones y su hijo ha perdido interés alguno por su futuro. La historia pudo haber tenido un desarrollo interesante, pero el problema fue que nunca logra centrarse en algún tema en particular. Por ejemplo, durante toda la trama se contrastan la agitada experiencia de la madre llena compromisos y preocupaciones con la estadía silenciosa y desinteresada del hijo solo en la sala de castigo. Era un muy buen punto de partida, sin embargo el ritmo interno de las secuencias es idéntico entre sí, lo cual no las separa ni diferencia. De esta manera, esta diferencia se vuelve nula rápidamente evitando que la película se eleve dramáticamente. Por otra lado, la trama en si misma esta siempre al borde de caer en un ridículo extremo. Los distintos acontecimientos a los que se enfrentan la madre se vuelven cada vez más risibles e insoportables. Desde la socia de trabajo hasta el taller mecánico, todos son inconvenientes en donde ella parece lidiar con infantes que con adultos responsables. Incluso, los distintos personajes que rodean al hijo en la escuela, también son más caricaturas que personas reales. "La llamada" es una película que no sabe exactamente como pretende llevar adelante su relato, ya que con el objetivo de mantener el interés del espectador, continuamente mantiene recargado el relato con sorpresas y giros para la madre. No obstante, en ningún momento, logra darse cuenta que entre más piedras pone en su camino, más absurda e irrelevante se vuelve la historia.