Después del famoso caso de Amityville, la maldición de la casa Winchester es la leyenda más popular dentro de la parapsicología en los Estados Unidos.
La historia de la mansión embrujada de San Francisco inspiró numerosas obras en la literatura de terror y los cómics, sin embargo esta película que se estrena esta semana en los cines es la primera obra cinematográfica en trabajar el tema.
Sara Winchester fue la esposa del inventor del famoso rifle de repetición Winchester que jugó un papel clave en la conquista del Oeste a fines del siglo 19.
Tras la muerte de su esposo y de su hija pequeña en un breve período de tiempo, la mujer vivió convencida que su familia era acechada por los espíritus de las personas que habían sido asesinadas con el rifle.
La leyenda urbana sobre la mansión embrujada se originó en 1884 y en la actualidad el lugar es una popular atracción turística en San José, California.
Los hermanos Spierig, quienes en el pasado brindaron una buena historia de vampiros en Daybreaker y otra sólida película en el thriller de ciencia ficción Predestination, en este caso decepcionan con el trabajo más desapasionado de sus carreras.
Se nota que la hicieron para cumplir un compromiso comercial y nunca estuvieron comprometidos con la historia y la temática de hechos paranormales.
Winchester es una película tediosamente aburrida donde no pasa nada relevante durante la mayor parte de la historia y los directores abusan de los momentos de sustos falsos.
Cada vez que aparece algún fantasma o se genera alguna situación paranormal el film lo presenta de la manera más burda posible, tal cual se lo puede imaginar el espectador.
Los Spierig en este caso no hicieron el menor esfuerzo por construir situaciones decentes de suspenso y por ese motivo la película resulta un collage de lugares comunes.
Una lástima porque tenían una gran actriz como Hellen Mirren y muy buenos colaboradores en el diseño de producción quienes se lucieron con la ambientación de la casa.
Teniendo en cuenta los trabajos previos de los directores y la presencia de una artista del nivel de Mirren se podía esperar mucho más de esta producción que no dejar ser otra propuesta mediocre sobre hechos paranormales.
Un dato loco.
Debido a esta película, la productora Lionsgate compró los derechos de las imágenes de la mansión Winchester y por ese motivo los turistas que visitan el lugar ya no pueden tomar fotos en la interiores de la vivienda.