Basada en la historia de la mansión Winchester situada en California. Esta mansión victoriana fue construida por la viuda y heredera del creador de los rifles Winchester, Sarah y su convicción de que los fantasmas la acosaban la llevó a construir más de 160 habitaciones, escaleras que no llevaban a ninguna parte y puertas que al abrirse descubren un muro… todo con la intención de esquivar a los seres del otro mundo.
Los abogados de la empresa de Rifles a Repetición Winchester contrata al doctor Eric Price (Jason Clarke), un psicólogo adicto al láudano, atormentado por su pasado, para que evalúe las capacidades mentales de Sarah Winchester (Helen Mirren), única heredera de William Winchester y accionista mayoritaria en la empresa.
Desde un primer momento La Maldición de la Casa Winchester nos deja ver con qué nos vamos a encontrar: espíritus malignos acosando a los protagonistas a diestra y siniestra.
Con un tempo tranquilo pero implacable, los hermanos Spierig (Predestination, Jigsaw) nos muestran a lo largo de 99 minutos de metraje cómo los espíritus de las víctimas de los rifles Winchester intentan vengarse de la familia que los fabricó en un principio; así como el conflicto desencadenado en el doctor Price, quien a pesar de presenciar actos inexplicables, su mente racional lo fuerza a negar la realidad que vive dentro de la casa.
Con actuaciones impecables por parte de Helen Mirren y Jason Clarke; una fotografía excelente llevada a cabo por Ben Nott y un guión prolijo a cargo de Tom Vaughan y los mismos hermanos Spierig, La Maldición de la Casa Winchester es una película entretenida, atrapante y escalofriante.