La más bella, de Anne-Gaëlle Daval
Por Marcela Gamberini
En este relato de autoayuda, de superación personal, la protagonista deja atrás un cáncer de mama que ha dejado como resultado no sólo bajarle la autoestima sino reforzar sus ásperas relaciones con la madre (esa madre!!), con la hermana, con su hija y con el contexto que la rodea. Enojada con el mundo y a veces parece que el mundo con ella; Lucie se esconde debajo de su peluca que tapa los efectos de la quimioterapia en su cuerpo. El cuerpo de Lucie es el protagonista de la película; afectado, invadido, agredido lo lleva como puede, como los demás la dejan. En algún momento, por casualidad, entra en un grupo de mujeres que hacen ejercicio con el cuerpo, lo mueven, lo desnudan, lo exhiben. Lucie puede finalmente mostrarse tal como es.
Nada hay en esta película que no esté en la superficie más llana, más banal. Los conflictos son los que se ven en pantalla. La puesta en escena es básica, como básica es la película misma. Una película agónica que no tiene aire, que no se oxigena, atada a un guion férreo, hecho de sentido común y frases de “sobrecitos de azúcar”. Los personajes parecen caricaturas de sí mismos, dibujos de cada línea del guión.
En este presente donde la voz de las mujeres se eleva, se discute, se piensa, se reversiona, La más bella, que podía haber trabajado en este sentido, vuelve a los cánones del patriarcado, de constituirse bajo la mirada del hombre, ése que personifica Matthieu Kassovitz, que finalmente no es más que una especie de ancla, donde Lucie se sostiene. Una lástima ya que tanto la protagonista como la directora podrían haber levantado la voz y salir de ese cine cómodo, clásicamente engañoso. Deberían haberse sacado la peluca en la primera escena y ver los efectos de sentido que provoca este acto.
LA MÁS BELLA
De plus belle. Francia/Bélgica, 2017.
Guión y dirección: Anne-Gaëlle Daval. Elenco: Florence Foresti, Mathieu Kassovitz, Nicole Garcia, Jonathan Cohen, Olivia Bonamy, Norbert Ferrer, Sébastien Deux, Perrette Souplex, Lola Ingrid Le Roch y Josée Drevon. Fotografía: Philippe Guilbert. Música: Alexis Rault. Distribuidora: IFA Cinema. Duración: 97 minutos.