Dice un dicho que la suerte de la fea la linda la desea, y esta película propone un juego entre el refrán y la realidad que termina por narrar, de manera entrañable, los vaivenes de la protagonista y su pretendiente.
Realista, verosímil, entretenida, simpática, en la segunda parte del relato, que suma el espíritu de “Full Monty”, no hay secretos ya por revelar, solo la esencia humana desnudándose frente a los demás.