Contradicciones conceptuales
La más bella (De plus belle, 2017), el primer largometraje de Anne-Gaëlle Daval, pretende ser una comedia romántica que retrata el mundo femenino y su relación con una enfermedad muy transitada por el género.
Lucie (interpretada por Florence Foresti) se recupera luego de haber padecido cáncer de mama. Intenta animarse y seguir adelante pero el hecho de no hallarse cómoda con su nuevo cuerpo se lo impide. En este momento conoce a Clovis (Mathieu Kassovitz), un seductor arrogante que se siente muy atraído por ella.
Durante toda la película se impone de manera constante un concepto bastante antiguo del “qué es una mujer”. Pero al mismo tiempo busca convencer de que el tema está abordado desde un lugar rebelde y empoderado, por lo que grandes contradicciones a nivel premisa quedan en evidencia todo el tiempo.
En la parte romántica presenta una mujer tímida y sola atravesando grandes conflictos con ella misma, y a un galán que literalmente tiene un manual para seducir mujeres y fingir interés en ellas con un único objetivo sexual, pero que con la protagonista “es diferente”.
Por un lado hay una intención noble a la hora de hablar de la diversidad física, el amor propio y la belleza que trasciende estereotipos. Pero al mismo tiempo se agarra con fuerza de conceptos como la tan cuestionada “feminidad”, y con esto llena la película de mensajes superficiales y generalidades femeninas que atrasan bastante.
Sobre la comedia, los momentos de humor efectivos escasean y abundan los chistes machistas. Lo más interesante resultan ser los vínculos entre la protagonista y su familia, con momentos hacia el final que logran tocar algunas fibras sensibles. Particularmente el vínculo mejor construido es el que tiene con su hermano (Jonathan Cohen) que además es el médico que la atiende durante su tratamiento. Un buen retrato de la confianza física y la incondicionalidad fraternal, pero no mucho más.