A sus 88 años Clint Eastwood sigue reflexionando sobre la naturaleza del héroe, con sus lealtades, sus errores y sus culpas; poniendo el cuerpo detrás y delante de cámara en una película de una sencillez infrecuente en el cine de hoy. El que quizás sea su ultimo film con él como protagonista cuenta la historia de un hombre golpeado por el paso del tiempo y por las malas decisiones que tomó como esposo y padre de familia. Su Earl Stone proyanqui, xenófobo y en quiebra gracias al avance de internet y las ventas virtuales, termina trabajando para un cartel dominada por… mexicanos.
Injustamente ninguneada por la Academia, La mula reflexiona sobre el final de la vida laboral (tanto de su protagonista como de su director) profundizando en lo cotidiano y en un sentido opuesto al de otras películas de su filmografía como, por ejemplo American Sniper (2014). Sin subrayados y apelando a un clasicismo teñido de poesía, Clint triunfa a la hora del drama, de la comedia y del suspenso. Se disfruta verlo en pantalla, como a un anciano-niño que conoce el juego del cine, más allá de toda pretensión, premio o academia.