Una mujer en crisis, clara pero no explícita, se escapa de pronto a Brasil y empieza a vivir otra vida. Esa fantasía colectiva, literaria, cinematográfica, de renacer en otra persona, aunque sus oscuridades continúan. Como un espejo, hay una línea paralela, la de su pareja, Rafael Spregelburd, que ensaya, no sin esfuerzos, la terquedad, la obra que en la ficción estrenará en Cervantes, y que en la realidad ya estrenó. Esa complejidad de la trama, acaso innecesaria, no impide la creación de un gran clima y una intriga en una película lograda y subyugante.