La Pasión de Michelangelo es una de esas películas que con una mayor producción seguramente impactaría bastante por su temática.
Es una historia real que en su momento causó bastante revuelo en Chile y que ahora tranquilamente se puede usar a modo de denuncia sobre los falsos fenómenos religiosos y como algunas personas sacan provecho de ello.
A priori, y si no se conoce del tema, parece que uno se encuentra -una vez más- ante un film que gira en torno de la dictadura militar (en este caso la de Pinochet) pero ni bien la historia avanza el espectador se va metiendo en ese misterio a través de la mirada del Padre Ruiz Tagle (Patricio Contreras), quien intenta desmentirlo pero que en el camino se encuentra algunas sorpresas.
Ese es un acierto del director Esteban Larraín, uno de los exponentes de la llamada “nueva ola del cine chileno”.
Con co-producción argentina, si bien la puesta en escena es un poco austera se aprovecha la locación en exteriores para recrear la época.
En cuanto al reparto, el consagrado Patricio Contreras está bien en su papel pero el joven Sebastián Ayala se carga la película al hombro en el protagónico desarrollando varios matices en su personaje.
Desde lo naif hasta lo cínico, pasando por el morbo y la controversia. Está última parte bien asistida en lo actoral por Anibal Reyna, quien su Padre Lucero encarna lo más polémico de la iglesia.
En resumen, La Pasión de Michelangelo es una buena opción apara el que quiere ver algo diferente.
Una muy interesante historia real trasladada al cine, pero con bajo presupuesto…