Todo en esta producción destila inmisericordia de principio a fin. Después de “Las Cosas del Querer” (1989) o “Ese obscuro Objeto del Deseo” )1977) entre otros, ver a Angela Molina en este filme, duele. Es un gran engaño al espectador, partiendo de una escena hablada en coreano, subtitulada en ingles, hasta imágenes escatológicas injustificadas. Solo queda plasmado la relación simbiótica entre la madre y el hijo estableciendo a la madre como origen del Edipo. Otro punto importante es que en muchas escenas los personajes susurran, eso sumado a la música incidental, similar a las de los filmes serios de Pedro Almodovar, pero mal, impide escuchar los diálogos. Lo que