¿Es o se hace? (Creer o reventar)
John Curran, director de films no demasiado trascendentes como Adulterio y Al otro lado del mundo, consiguió para este drama carcelario con envoltorio erótico y sustrato religioso sobre la manipulación, el deseo, la culpa y la redención a tres prominentes intérpretes: el veterano Robert De Niro (un oficial responsable de elevar los informes para decretar la libertad condicional en una cárcel de Detroit, que está a punto de jubilarse), Edward Norton (un preso que ya lleva 8 años encerrado por un crimen que terminó en la muerte de sus abuelos y que pretende obtener su permiso de salida) y Milla Jovovich (pareja del interno y vértice necesario para el triángulo sexual).
El Jack Mabry de De Niro es un tipo tímido, reprimido y bastante ppatético que lleva 43 años casado con la ultra religiosa Madylyn (Frances Conroy). Sin embargo, a la hora de concretar su trabajo, es un tipo metódico, obsesivo, implacable, orgulloso de su pequeño lugar de poder en medio de una gris maquinaria burocrática. Su situación cambia por completo cuando tiene que lidiar con el cas de Gerald “Stone” Creeson (Norton) y, claro, con la insinuante, provocadora presencia de Lucetta (Jovovich).
Lo que sigue es un thriller psicológico que alcanza sus mejores momentos cuando apuesta al “duelo” actoral y cae por debajo de la media cuando apela a momentos a-la-Atracción fatal o se regodea (y exagera) con las dimensiones morales/filosóficas/religiosas del dilema ético que plantea.
Al fin de cuentas, La revelación es una película de gato y ratón, en la que no se sabe a ciencia cierta quién es el gato y quién el ratón, quién miente y quién dice la verdad, quién manipula a quién. El film logra sostener el suspenso y el interés más allá de algunos subrayados y de ciertos montajes paralelos y flashbacks un poco torpes. Es una película que no pasará a la historia grande del cine, pero que sus intérpretes la convierten en una digna propuesta.