After Hours
La risa (2009), ópera prima de Iván Fund, es sin duda, una de las apuestas más radicales que el cine argentino haya dado en los últimos tiempos y eso habla de un director en busca de nuevas narrativas visuales. Una alternativa tan enigmática como desconcertante que marca una nueva forma de encarar el cine.
Cuatro amigos, un auto, y la madrugada posterior a una fiesta son los protagonistas de una historia en la que la narración propiamente dicha no existe. Como un voyeur la cámara va retratando ese tiempo muerto en que las sensaciones de los personajes van mutando de manera constante.
La risa se caracteriza por estar filmada sólo en primerísimos planos detalles de los rostros de los protagonistas. Cámara en mano, fuera de foco, desencuadres, no más de cuatro planos generales, y cierta suciedad en la forma de fotografiar le otorgan una innegable forma experimental y desprejuiciada a la inusual narrativa propuesta por el realizador.
Uno de los logros del film es el de provocar un estado claustrofóbico ante un encierro incómodo provocado por la cámara en mano, dicho encierro atravesará la pantalla gracias a la desprolijidad adrede de lo que se está mostrando. Fund es un camarógrafo que provoca rupturas estéticas, su manejo visual es tan preciso y realista que el espectador se sentirá dentro de la promia historia.
Desde lo actoral el film se construye desde actuaciones naturalistas, que en mucho de los casos remiten a la improvisación. Resulta imposible no lograr una identificación con el modo de actuar de los personajes, sobre todo si se pertenece a la misma generación de quienes forman parte del conflicto.
Iván Fund presenta un film radicalmente opuesto a lo que uno espera, llevándolo al extremo de los límites. Una propuesta diferente que causará las más disimiles sensaciones entre un público divergente. Habrá quienes la amen y quienes la odien, y eso es parte de la lógica planteada desde un principio por un director que hace del cine una alternativa distinta. Anímese a más.