Rendido ante las mujeres
Gianni e le donne no es nada más ni nada menos que lo que su propio título indica, cuya traducción literal sería “Gianni y sus mujeres”. Veremos, en dicha película, la historia de Gianni, un jubilado que supera los 60 años, en plena crisis por el paso de los años, que vive rodeado de mujeres con quienes no logra comunicarse y ya casi ni siquiera vincularse: la anciana madre absorbente que está derrochando cada centavo que le queda, la joven y moderna hija que vive de fiesta en fiesta y siempre discutiendo con su novio, la esposa ausente que sostiene económicamente la familia, las mujeres de su pasado y las potenciales jóvenes amantes que ve cada día en las calles de Roma.
Gianni es un espectador del mundo femenino que existe fuera de su vida, un mundo al que, desde ya hace mucho tiempo, no logra acceder. Es un personaje por momentos extremadamente pasivo, sin carácter, que obedece a toda orden femenina reprimiendo en su interior no tanto el deseo de rebelarse, sino poder recuperar el tiempo perdido, hacer uso de la poca “hombría” que el paso de los años le dejó, conseguir una amante y sentirse nuevamente joven.
Gianni di Gregorio se ha popularizado por sus trabajos como guionista, particularmente por el film Gomorra, célebre a nivel internacional por denunciar la corrupción de la mafia italiana. Pero las dos películas dirigidas escritas y protagonizadas por él tienen temáticas muy diferentes a sus trabajos anteriores: ambas son autobiográficas y hablan de sus conflictos familiares y personales.
En esta última producción del director italiano, el guión no posee gran vuelo y el desarrollo mismo de la historia está caracterizado por una inercia símil a la actitud que tiene el protagonista frente al mundo circunstante. De hecho, en ningún momento llegará a tener conflictos directos con las mujeres de su vida, sino con el lugar que el transcurso del tiempo lo llevó a ocupar frente a ellas: de protagonista de una vida propia pasó a ser espectador de las existencias ajenas.
Se trataría, en fin de cuentas, de una comedia dramática sobre la crisis del hombre de una cierta edad. Pero esta problemática aparece abordada desde un punto de vista demasiado simplista, sin profundizar demasiado la reflexión sobre el tema. Esta liviandad en el abordaje de la crisis tampoco es suficiente como para convertirla en una buena comedia. Si, según lo qué indicaría el nombre latinoamericano del film (La sal de la vida), las mujeres serían dicha sal, uno podría preguntarse cuál es la sal de esta película, porque llegado el final terminamos con sabor a nada en la boca.