La de Santiago Fernández Calvete-guionista y director-es una apuesta arriesgada. Una serie de crímenes, apariciones religiosas, un niño clarividente, explotado por un adulto inescrupuloso y la constancia de una mujer policía que quiere llegar al fondo de una serie de misteriosas muertes por combustión. Bien intencionada pero con demasiadas vueltas de tuerca.