Con las actuaciones principales de Martina Gusman, Alan Pauls y Germán Palacios, el realizador Santiago Palavecino nos contará en La Vida Nueva la historia de Laura y Juan, un matrimonio ¿feliz? que se encuentra esperando la llegada su primer hijo. La tranquilidad del pueblo se ve quebrantada cuando en una pelea Cesar recibe una puñalada a manos de Nicolás, que vendría a ser el hijo de Martinez, la persona más influyente de esa pequeña ciudad. Juan es testigo de este hecho y asiste al muchacho al borde de la muerte hasta el hospital más cercano, donde "casualmente" se encuentra con Martinez, el cuál le ofrecerá una oferta difícil de rechazar para que no incrimine a su hijo en el violento hecho.
La Vida Nueva parte de una trama interesante, pero lamentablemente no llega a desarrollarla con soltura en ninguno de los pasajes de sus 75 minutos. Tanto Gusman, como Pauls y Palacios parecen atados, contenidos y las palabras que tienen en sus diálogos, son dichas con lentitud y frialdad, algo que lamentablemente se condice con la distancia narrativa con la que es contada la película.
Volviendo a la historia, Palavecino, abre en La Vida Nueva demasiados frentes que jamás llegan a ser contados y cerrados en buena forma. Tenemos la frustrada historia amorosa de Palacios y Gusman, también tenemos la infeliz relación de Gusman y Pauls y por último presenciamos la continua extorsión que recibe Pauls a manos de Néstor Sanchez y así y todo la película no levanta en ningún momento, por falta de química en las relaciones y por la ausencia total de tensión en las tramas "policiales" que atraviesa la obra.
Lamentablemente La Vida Nueva desaprovecha la oportunidad de poseer un reparto con talento para narrar una historia que a priori resultaba muy interesante.