Galardonada en festivales como el BAFICI (Mejor directora de la Competencia Latinoamericana), Cosquín (Premio del Público) y General Pico (Mejor Película), esta película combina ficción y documental con resultados muy valiosos.
¿Una película cordobesa filmada en Puerto Pirámides? Sí, así como suena. Porque las productoras, la directora Marcia Aparicio y las protagonistas (Eva Bianco y Mara Santucho) son de ese origen, aunque en este caso se trata de una combinación entre ficción y documental ambientada en ese hermoso enclave patagónico que es la Península de Valdés.
Ocurre que allí muchas de las calles no tienen nombre y uno de los proyectos impulsados por Julia, la maestra de la única escuela del lugar, consiste en que los alumnos logren que sea la propia comunidad la que elija cómo denominarlas. Para ello, los chicos entrevistan a los vecinos más representativos del lugar, mientras la cámara sigue también las actividades productivas de la zona (como la recolección de mariscos, por ejemplo).
La apuesta narrativa remite por momentos a la de Los labios, de Santiago Loza e Iván Fund, pero este primer largometraje de Aparicio tiene vuelo y sensibilidad propia en su aproximación a las diferencias generacionales, la tradición, la memoria y la identidad de un lugar y su gente.