Lejos de Pekín cierra una trilogía que se había iniciado con La soledad (2006) y La guayaba (2009), y centrada en las problemáticas sociales de las mujeres en la provincia de Misiones. Esta nueva película recurre a la historia de una pareja que, luego de ocho de matrimonio y varios intentos de ser padres, está a punto de concretar una adopción.
Pero las cosas no serán nada fáciles para María (Elena Roger) y Daniel (Javier Drolas): apenas toman contacto con el niño, la madre biológica entra en duda sobre si dar a su hijo en adopción, obligándolos a quedarse durante una jornada con la promesa de que todo se resolverá al otro día. Cobijados en un hotel que los protege de una lluvia constante, la estadía marcará una de la noches más largas de sus vidas.
Con unas correctas actuaciones tanto de Roger como de Drolas, Lejos de Pekínevade la marginalidad para centrarse en la dinámica de ese matrimonio a punto de enfrentarse a una encrucijada cuya resolución asoma incierta. En medio de esa tensión interna, las charlas entre ambos estarán atravesadas por el dolor, los roces, los miedos y los recuerdos.
Con esa materia prima el director Maximiliano González construye un relato intimista que aprehende el carácter cansino del tiempo nocturno, cuando el mundo parece detenerse, abordando de forma tangencial la problemática de la adopción en la Argentina.