María y Daniel tienen más de 40 años, llevan 8 años casados y no han podido cumplir su sueño de ser padres. Han realizado los trámites de adopción y viajan a una ciudad del norte argentino, para continuar el proceso. Al llegar, la asistente social los acompaña para iniciar el período de vinculación, pero en ese encuentro, tan esperado y deseado, las cosas no suceden como lo soñaban. La asistente le sugiere a la pareja esperar en un hotel y continuar por la mañana. Durante esa larga noche, María y Daniel comparten sus dudas, miedos e ilusiones. Mientras, en la ciudad, bajo una lluvia incesante, todos se preparan para una evacuación inminente.
Una pareja en una espera que está fuera de poder ser calificada como “dulce” mientras se encuentran en un hotel alejado. Las esperas inabarcables, inmensas, que de alguna manera tiñen todo pueden tener una inmensa cantidad de caracterizaciones y pueden ser y ocupar varios diferentes temas y situaciones a lo largo de la narrativa, y en este caso, especialmente, la audiovisual. Es en este punto en que el director y guionista Mariano González construye un relato en el que una pareja que roza los cuarenta (de ello puede desprenderse más que probablemente, de manera subyacente, una pequeña crisis individual tanto como compartida) desea con mucho ahínco adoptar un niño y poder así consolidar una familia.
Elena Roger y Javier Drolas cumplen de manera creíble y sentida sus roles de estas dos personas que al fin y al cabo tienen miedos como cualquiera. La noche y la lluvia pueden hacer inmensos los intervalos emocionales de una pareja que de momentos parece rota, disociada de sí misma, de sus necesidades, pero que en realidad está sostenida por la búsqueda.
Recientemente vimos “Los Adoptantes”, una película que tocó en clave de comedia (de manera bastante acertada, y con un tono justo dado el género y la temática que nos ocupa), de modo que es bueno esperar que una historia como la que aborda “Lejos de Pekín” siga siendo de interés y de alguna manera cree conciencia en el público y en una sociedad que, en ocasiones, no ve ciertas realidades a pesar de tenerlas en su propio rostro, como consecuencia, también, de la comunicación institucional.
“Lejos de Pekin” es el último largometraje de la trilogía, que González inició con las películas “La Soledad” y “La Guayaba”, en donde el hilo narrativo es la problemática social de la mujeres en la provincia de Misiones, en el norte argentino.