Destino marcado
Con un premio debajo del brazo (BAFICI 2013 Premio Especial del Jurado-Competencia Internacional-) llega a los cines esta película de caminantes. En este caso, de peregrinos en búsqueda… Una cruzada silenciosa. Extraña. ¿Cuál es el objetivo?
El arribo a algún lugar especial.. Tal vez,…Pero no es eso lo que los motiva a seguir. ¿O sí? “Leones” es la ópera prima de Jazmín López, una etérea cosmovisión sobre el ¿“paraíso”?, quizás. Nada es lo que parece aquí, o sí. El título hace referencia a una manada que transita por un verde bosque. Amplio espacio surcado por ríos y naturaleza. Pero, ¿qué buscan? ¿qué hacen ahí? Nadie lo sabe. Ellos tampoco. O eso se percibe.
Una pareja que se ama y se desama. Un joven obsesivo con registrar todo en cassettes. Una joven hambrienta. Y alguien que quiere arremeter contra todos sin importarle nada. Porque ser león (alegoría interesante) es ser mucho más que cinco transeúntes rodando por un bosque . Ser león es ser fuerte. Ser el rey. Pero ninguno de los personajes logra consolidar (en apariencia) una posición de poder y control. ¿Podría ser una manada sin líder?.
Película de diálogos solemnes y afectados, puestos en las bocas de no los mejores interlocutores, “Leones” deambula entre la publicidad de la naturaleza (implecables travellings circulares y secuencias eternas de Steadycam en la mano de Matias Mesa), la apatía y abulia visual y la narración minimalista, lejos de lo convencional.
El encuadre pensado para el abordaje, plagado de silencios eternos y planos abiertos que generan claustrofobia, no invita a una empatía inmediata con el público. O la aceptás en su propuesta y te conectás con lo sensorial, o no va a llegarte su mensaje. Podría decirse que es una película en la que no pasa demasiado hasta que uno de los personajes confirma las suposiciones que se pueden entretejer, en este bosque, en movimiento con muchos indicios.
Cual capítulo final de LOST ese deambular en ese espacio/no espacio nunca termina de cerrar. “¿Vos te imaginas como sería esto sin nada?” le pregunta una de las protagonistas, la que intenta llevar adelante todo, con sus limitaciones. La respuesta, es más interna que externa. Y de difícil salida. Sigo pensando en dónde me ubico. Un bosque al que sólo hay que adentrarse si la predisposición es la adecuada, de lo contrario, quizás sea mejor dar un rodeo y evitarlo.