Es una curiosa, distinta y fascinante película coproducida entre Chile, Argentina y Perú, dirigida y escrita por la chilena María Paz González, protagonizada por Magaly Solier (“La teta asustada”), una muy famosa peruana que vive en Chile. El film toma la historia de una migrante peruana, que trabaja en el servicio doméstico de una adinerada familia chilena, que no cumple con el estereotipo doliente y sometido de una trabajadora sin derechos como muestran muchos documentales sobre el tema. Es una mujer que tiene su vida ordenada en un ciclo con un objetivo, ser la proveedora de su familia, especialmente de su hijo que quedó al cuidado de su madre. Pero cuando comprueba que en su país de origen todos siguen su vida, bastante independientes de sus llamados y regalos, comienza a atreverse y empoderarse. Como cuida una casa a estrenar se permite aventuras sexuales, aún en la incomodidad de dejar todo impecable, se hace cargo de algunos accidentes, pero comienza a saborear la posibilidad del disfrute por su cuenta. Y en una encantadora solución con algo de mágico los musicales que encarnan sus sueños y ansias. La protagonista de un magnetismo único le otorga al film un encanto particular y un entretenimiento inteligente.