Lobos: Thriller made in Argentina.
Lobos es una nueva película argentina dirigida por Rodolfo Durán y con un elenco de actores bastante abultado y de gran nivel. ¿Llega esta obra al nivel que se le puede pretender?
Esta historia narra la vida de una familia metida plenamente en la delincuencia mientras va mostrando u ocultando distintos elementos que cada vez dan más claridad a la trama. Esta misma es por lejos uno de los elementos más recordables y mejor desarrollados en todo el film, que pese a no tener la presencia de un mega-conflicto que la haga desarrollarse, termina viviendo por si sola y resultando interesante de ver.
Este interés que el espectador puede tener hacia la historia está principalmente fundamentado en la excelente construcción de personajes que tiene el guión. Cada uno de los sujetos que aparece en pantalla tiene sus propias motivaciones, sus propios deseos y debilidades. Ningún personaje es el clásico antagonista simplemente malvado ni tenemos protagonistas héroes o víctimas, sino que cada uno de ellos juega en un área gris muy disfrutable, que recuerda por ejemplo a “Tres anuncios por un crimen”. Estos excelentes personajes no podrían ser lo que son si no fuera por la gran elección de actores que tiene el film.
Todo el elenco mantiene un nivel actoral muy bueno y terminan siendo uno de los pilares fundamentales para mantener esta trama andando. Desde actores consagrados como Daniel Fanego, actores que están llegando al mundo cinematográfico con gran nivel como Alberto Ajaka o papeles tan frescos como es el excelente personaje interpretado por Ezequiel Baquero, para dar ejemplos. El único que puede llegar a desentonar un poco en este rango de calidad puede llegar a ser Luciano Cáceres quien a pesar de tener un personaje ya de por si poco expresivo, parece a veces estar muy afuera de la búsqueda artística del film, quizás como decisión para alejarlo esquemáticamente de la familia retratada en la historia. Sea como sea, no se puede dudar de la calidad en el casting y en la excelente dirección de actores que tuvo.
Eso si, no todo es color de rosas en esta producción nacional, y algunos elementos como el ritmo o la fotografía pueden no estar en el nivel que uno esperaría, sobre todo comparado al grado de calidad que maneja su guion. Desde la cuestión puramente visual, la historia cuenta con muy poco juego que contribuya a narrar cinematográficamente y que se aleje un poco de lo convencional en el género Thriller. El ritmo, como otro ejemplo, no está del todo logrado tampoco y termina teniendo como consecuencia una película que parecen sobrarle algunos minutos pese a que dure tan solo 92 minutos.
Todo esto es claramente perdonable si recordamos el excelentísimo trabajo que hay conceptualmente en el desarrollo de la trama. Un final que no te deja vacío, una historia que no te deja sin opinión y una película que, apoyada por sus grandes actuaciones, desentona positivamente de la marea de films argentinos de suspenso hechos todos como una maquina industrial. Este caso logra ser la excepción, y termina resultando como una película positiva y recomendable a cualquier acérrimo al género.