Románticos en las buenas y en las malas
El divorcio intempestivo de Emily (Julianne Moore?) y Cal (Steve Carell?) tiene efecto dominó en sus vidas y en las del entorno hasta entonces tranquilo.
Loco y estúpido amor , la comedia de John Requa ( Una pareja despareja ) y Glenn Ficarra, es una ingeniosa maniobra para el entretenimiento. Para eso cuenta con un elenco formidable que se mueve con destreza alrededor de una anécdota pequeña y obvia.
Se sospecha que Cal aburrió a Emily, quien fue infiel y se flagela por ello. Cal, en sus noches de soltería conoce a Jacob, un ganador (el camaleónico Ryan Gosling?) que lo asesora para el cambio de su vida.
La película va cumpliendo los pasos previsibles. Se destaca el largo camino hacia la seducción que emprende Cal. Carell echa mano a todas sus armas de comediante y elige el costado más patético de la tristeza junto a Gosling, magníficos los dos en cada escena. También Moore, siempre al borde de las lágrimas, pone su cuota de ternura al personaje, que, no obstante, es visto desde la dirección, con ojos masculinos. En otra línea y retomando sus mejores momentos de comediante, Marisa Tomei? interpreta a la profesora del niño del matrimonio.
La película ilustra en cada escena la afirmación que empuña el título. Los personajes hacen cosas locas y estúpidas, desde el niño, a los adultos que dejaron de ser, según la lectura pasteurizada del guión, un buen ejemplo para los jóvenes de la casa. El paraíso de 25 años de casados deriva en una serie de aprendizajes, terreno perfecto para la comedia que va sumando encuentros y sorpresas, siempre con espíritu componedor. A las necesidades y fantasías de Emily y Cal se agregan los suspiros de la niñera Jessica (muy expresiva Analeigh Tipton?); el despertar de Robbie; los descubrimientos de Hannah (Emma Stone en su costado más naif ).
El cliché del hombre bueno y torpe, empequeñecido por el esplendoroso soltero, encuentra en algunos recursos su correlato. La lluvia oportuna (‘qué cliché’, dice Cal en un guiño), la música, el ritmo y el montaje de spot publicitario subrayan el ánimo de los solitarios a pesar de sí mismos. Romanticismo y buen humor se dan un abrazo y todos aprenden la lección con una sonrisa en los labios.