Ni loco ni estupido: simplemente CLICHÉ
Siendo guionistas, la dupla Ficarra y Requa, que además debutaron en la dirección con el film "Una pareja Despareja (I love you, Phillip Morris)" conduciendo a Jim Carrey, lograron incursionar en un terreno de comedia con un toque risquée sin caer en la grosería ni el mal gusto que tienen por ejemplo, los hermanos Farrelly. Guardando siempre un alto componente de transgresión e ironía en sus libretos, con estos precedentes y con el gran elenco que lograron reunir para su segundo film como directores, las expectativas para "Loco y estúpido amor" son, obviamente, altas.
En este caso optaron por una historia de tipo más coral que en sus guiones anteriores, varios caminos que en algún punto terminarán entrelazados para tejer una comedia en donde básicamente hablarán del amor, con la particularidad de poder abordar cómo impacta esta temática en las diferentes generaciones.
El protagonista y eje de la comedia es el personaje de Cal Weaver (interpretado por Steve Carell quien tiene sobrado oficio en este terreno con trabajos como "Virgen a los 40", la serie "The Office", prestó su voz en "Mi villano favorito", "Dani, un tipo de Suerte" junto a Juliette Binoche o la remake olvidable -aunque no por su trabajo- del original francés de "La cena de los tontos").
En la primer escena es más que evidente que sostienen un matrimonio desgastado junto a Emiliy, falto de pasión y lleno de rutina. Pero él jamás se esperaría que en esa cena que abre la película, ella (Julianne Moore, espléndidamente radiante también en este film) le pidiese el divorcio. Y que con una honestidad brutal inusitada, ella además le confiese sus motivos: le ha sido infiel con David Lindhagen, un contador compañero de trabajo (Kevin Bacon) y se ve sobrepasada por los rutinarios 25 años de casados que llevaban hasta el momento.
Y por esos motivos que sólo condimentan una buena comedia, en su derrotero con el corazón quebrado, Carl conocerá en un bar a Jacob (Ryan Gosling, nuevamente mostrando excelencia para encarar un nuevo papel, diferente a los que ha jugado por ejemplo en "Diario de una pasión" "Lars y la chica real", "Half Nelson" por el que fue nominado al Oscar o el de la reciente "Blue Valentine" todos bastantes discímiles entre si).
Jacob es una especie de experto en conquistar mujeres, que hará lo imposible para que Carl recupere su masculinidad. Pero en contraposición a ésto, por más que es un eximio galán capaz de seducir a cualquier tipo de mujer que se le cruce por el camino, Jacob, encuentra a Hannah (Emma Stone), una joven interesante que en un primer acercamiento lo descarta, pero que después de algunas vueltas del destino, inevitablemente se volverán a encontrar.
Es en este terreno de las separaciones y la dificultad de volver "al mercado" que tiene Carl, en ese momento de recuperar su masculinidad dormida, es en donde la comedia realmente tiene sus mejores momentos, no sólo por la ductilidad y por los aciertos del guión en la descripcion de situaciones y personajes, sino también porque le permite a Carell mostrar sus dotes camaleónicas, sin entrar en las exageraciones con las que a veces tenemos que lidiar en el caso de otros comediantes como por ejemplo, Jim Carrey.
Carell le imprime ternura y credibilidad a su personaje, explotando su costado más vulnerable. Y es realmente un gran acierto.
Pero lamentablemente agregarle más elementos a la comedia, termina riendiendo menos, mucho menos. Cuando el guión comienza a sumar personajes, anexando la historia de su hijo adolescente de 13 años Robbie (Jonah Bobo), perdidamente enamorado de su niñera cuatro años mayor, la potencia con la que venía creciendo la comedia, comienza a desvanecerse.
Si bien el guionista Dan Fogelman (con títulos como "Enredados" "Cars" y "Bolt" entre otros para la factoría Disney que habla de una facilidad para el armado de guiones con mucho ritmo) construye personajes sólidos, falla abiertamente en la resolución de los conflictos que fue planteando, desdubujando algunas líneas del relato que tenían una gran potencia.
Se deja llevar por la estructura tradicional y facilista con que Hollywood suele resolver la mayoría de sus historias, cae irremediablemente en lo peor del cliché y queda completamente fuera del registro con el que trabajó durante toda la primera mitad del film.
Cuando en la primera parte la estructura del relato se fortalece con diálogos sumamente reales y pintorescos, sobre el final se sirve de párrafos explícitamente subrayados y edulcorados (hasta el típico discurso que luego será interrumpido por otro más meloso y cursi todavía) y de resoluciones simples, sin dobleces, que no se muestran tan inteligentes como el planteo original.
Sobre la segunda mitad es donde el mecanismo de comedia empieza a fallar y la resolución general no está a tono con el resto del film. Tampoco queda claro cuál fue el target al que responde la historia porque si toda la construcción del personaje de Carell y su historia de amor con su ex mujer se construye para un público adulto, la solución de las líneas argumentales responde más a una comedia familiar o adolescente que desentona completamente.
De todos modos como puntos a favor, "Loco y estúpido amor" cuenta con un excelente elenco incluso con roles secundarios también muy sólidos (Marisa Tomei como siempre brillando en un papel de reparto) que hacen que la comedia no decaiga y se deje ver, aunque es cierto que con una mirada menos condescendiente y pueril del guión, hubiese rendido un resultado mucho más compacto y acorde con lo que se esperaba de un film. Finalmente quiere abarcar varias etapas y termina no profundizando seriamente en ninguna.