(In) comunicados
Raúl Perrone, el más independiente de todos los directores de cine, presenta la segunda obra de su denominado Tríptico. Los actos cotidianos (2009) es una sugestiva fábula familiar cuyo núcleo radica en la comunión de la vida.
Los actos cotidianos podría definirse como un ensayo personal sobre los vínculos dentro de una familia tipo que habita en el conurbano bonaerense, y de como un teléfono celular puede resultar ser un elemento primordial para intensificar o disolver lazos.
Perrone, siempre fiel a sus tópicos cinematográficos, una imagen sucia -semejante al documental-, desencuadres que terminan por encuadrar, planos casuales que denotan una búsqueda de la carencia estética, uso directo del sonido ambiente, y actuaciones con cierto tinte neorralista, nos presenta un relato sobre el transcurrir de la vida diaria con sus cosas buenas y malas.
La comunicación pareciera ser una de las preocupaciones que el cineasta de Ituzaingó marca en Los actos cotidianos. La ausencia de esta se intensifica ante la aparición de un elemento que hoy es vital para el ser humano dentro de cualquier sector socioeconómico como lo es un teléfono celular. Lo que en persona pareciera ser imposible a través de un aparato los lazos se intensifican y la ausencia de comunicación pasa a tener presencia.
Mezcla de documental, mezcla de ficción, Los actos cotidianos es un pasaje sobre la realidad sin importar el extracto social al que se pertenezca y con el sello que solo “El Perro” puede brindarnos.