Camisas floreadas hablando de la muerte
Si hay que pensar un punto característico en la filmografía de Alexander Payne, responsable de las geniales Entre copas (Sideways, 2004) y Las confesiones del Sr. Schmidt (About Schmidt, 2002), es la construcción del patetismo. En Los descendientes (The Descendants, 2011), el patetismo está dado a partir de los contrastes.
Basada en la novela de Kaui Hart Hemmings, Los descendientes comienza con una frase de su protagonista Matt King (George Clooney) contraponiendo el paraíso donde vive, las islas Hawaianas, con los problemas terrenales de sus habitantes, entre ellos el de él. Al sufrir un accidente, su esposa queda en coma abriendo un abanico de secretos que disparará bruscamente en su entorno, sobre todo en Matt que deberá reconectarse con sus dos hijas, con quienes nunca tuvo buena relación, y encarar literalmente al amante de su mujer. Y si de problemas familiares se trata (de ahí “los descendientes” del título) tendrá que resolver un negocio inmobiliario que afecta directamente a sus familiares.
Parece un chiste pero no lo es. Alexander Payne presenta las relaciones humanas desde la incomodidad. Lo hizo siempre y lo eleva a un nivel más en Los descendientes. Sus personajes son patéticos desde los estereotipos, personas mediocres que deberán reencontrar su humanidad en situaciones límites. Por ello ante la crisis que prevé un accidente casi fatal, la reacción que dispara instantáneamente es ridícula.
Motivo de risa o no, el límite es representado por los contrastes. A los ya mencionados, se suma George Clooney. El actor es portador de una presencia y un carisma distintivo. No es de los actores que se suelen transformar en sus personajes, sino que suelen interpretar papeles de acuerdo a su personalidad. En Los descendientes, Payne utiliza sus características actorales como contraste. Vemos a un George Clooney abatido durante toda la película. O al menos hasta el final. Su Matt King es un personaje encogido de hombros, incapaz de mirar a los ojos a sus dos hijas. La escena en que pide consejo al amigo adolescente de su hija mayor grafica lo dicho.
Hawaianos por descendencia, todos visten camisas de manga corta floreadas y bermudas. Sea ante la situación que sea. Van a hospitales y reuniones de negocios con la misma ropa. Otro contraste. Pero la perfección del paisaje -distintos planos paradisíacos de la ciudad, su mar y montañas- se contraponen con la presencia de sus personajes tratando de sobrellevar sus crisis personales. Es recurrente el plano de Clooney abatido en la playa de arena blanca y agua trasparente. El lugar sinónimo de felicidad, contrapuesto al sentir de sus seres.
Los descendientes tiene sus lapsos innecesarios también. Algunos momentos que el film trata de conmover, casi rompiendo con la deconstrucción del estereotipo que plantea mediante el contraste. Sin embargo la película se destaca por explorar la condición humana pero no desde el drama lacrimógeno, sino desde la incomodidad -y por momentos la risa- que producen las situaciones límite. De ésas que la familia tanto nos obliga a transitar.