Muerte en Hawai
Los Descendientes es lo nuevo del talentoso director y escritor Alexander Payne ("Las Locuras del Sr. Schmidt", "Entre Copas"), un drama familiar que pisa fuerte para los próximos Oscars.
Debo confesar que me encantan las historias que crea Payne, esa combinación de drama y humor ácido que pasea al espectador por escenas de lo más convencionales y al instante lo sumerge en una dimensión desconocida de bizarreadas que resultan tremendamente atractivas. El hecho de que un film dramático tenga lugar en Hawai es genial.
El ojo cinematográfico que posee el director y escritor está muy bien entrenado, sabe que resaltar para crear una gran historia a partir de una premisa simple.
Los Descendientes profundiza sobre los dramas familiares, algo efectivo pero ya visto miles de veces en el cine, por lo que la clave pasa en el cómo retratar la interacción familiar. En este caso, un padre distante debe hacerse cargo de sus dos conflictivas hijas luego de que su esposa sufrieran un grave accidente que la dejó en coma irreversible. En la búsqueda de recomponer la relación, Clooney se enterará de que su entorno le ocultaba ciertas cuestiones que lo harán replantear su vida y sus decisiones. La película trata en unos de sus puntos fuertes sobre esta cuestión, las decisiones, como ciertos eventos pueden cambiar el punto de vista de una persona al punto tal de producir un cambio real en su forma de encarar la vida. Por otro lado, expone las interacciones familiares magníficamente, con la seriedad que merece, pero a su vez le imprime un poco de bizarreada a lo "Padre de Familia" (salvando las diferencias, claro está). Gran actuación de Clooney.
Es profunda, dramática, inteligente, con humor ácido del bueno y momentos que hacen reflexionar y emocionar sin golpes bajos. Una muy buena opción para disfrutar cine del bueno.