Con delicadeza de madre
Un terrible accidente deja a una madre sin sus dos pequeños hijos, abriendo una herida en el alma y es a través de la danza la única forma de transitar el duelo.
A principios de 1913, los dos hijos pequeños de Isadora Duncan murieron en un accidente, cuando el vehículo en el que estaban junto con su niñera se precipitó al Sena. La tragedia tuvo un impacto irreversible en la vida de la bailarina y coreógrafa. Ahondada en su pesar, creó la obra Mother, pieza que el director y bailarín Damien Manivel resignifica más de un siglo después, a modo de homenaje, estructurando su film Les enfants d'Isadora (2019) en tres partes, uniendo tres momentos, tres historias en tres cuerpos distintos, aunque atravesados por la misma sensibilidad; desde el inicio del proceso creativo de uno y la ejecución del otro hasta la emoción como espectador del último.
De principio a fin, el film está hermosamente estructurado en tres momentos, en los cuales se narran las historias de cuatro personajes femeninos, quienes atraviesan distintos momentos en sus vidas pero afectados por una misma historia: la tragedia que llevó a la bailarina y coreógrafa Isadora Duncan a realizar la obra Mother.
Les enfants d’Isadora cuenta con muy pocos diálogos siendo éstos eficaces en su propósito. Las interpretaciones están perfectamente logradas, pues se hizo especial hincapié en la expresión corporal como medio de transmisión emocional para generar empatía con espectador. La puesta en escena también está construida a la perfección dejando entrever la excelente aptitud de Manivel para dirigir, todo esto acompañado por una brillante fotografía basada en tonos otoñales y un excepcional montaje compuesto por planos detalle que ayudan a contemplar aún más el film. Por su parte, la pieza musical correspondiente a la obra Mother, acompaña de manera ideal.
“Les enfants d’Isadora nos invita a contemplar y a transitar de una manera diferente una tragedia como lo es la pérdida de un ser amado.”