En la continuación de Los Increíbles el director Brad Bird vuelve a presentar la más grande adaptación no oficial que se hizo de los Cuatro Fantásticos de Marvel en el cine.
Aunque los personajes tienen nombres diferentes y se desenvuelven en otro ambiente estos filmes capturaron a la perfección la esencia más pura de esa historieta, cuyo atractivo no pasaba por las escenas de acción o los elementos de ciencia ficción, sino por las dinámicas familiares.
Algo que jamás llegaron a entender en los estudios Fox.
En esta segunda entrega en particular el director no tiene reparos en homenajear a los 4F con referencias directas a la creación de Stan Lee.
Sobresale en ese sentido la espectacular secuencia de acción inicial, que evoca la primera aventura del grupo de 1961 contra el Hombre Topo (que acá aparece con otro nombre) y luego hay una sátira brillante a las poderosas habilidades de Franklin Richards (el hijo de Sue y Reed) representado en el bebé Jack-Jack que se roba claramente esta película.
A diferencia de las continuaciones marketineras que tuvieron Monsters Inc y las recientes entregas de Cars, Los Increíbles 2 presenta una producción más cuidada y elaborada que se complementa perfectamente con la obra original.
A Brad Bird le tomó 14 años encontrar la historia adecuada para la secuela, que tenía el desafío de cargar con el desgaste que tiene actualmente el género de superhéroes.
Un tema que no llegó a ser un problema cuando se estrenó la primera entrega en el 2004.
El director en este caso evitó desarrollar una aventura convencional del género para centrarse en las interrelaciones personales de la familia Parr.
Una inquietud que generaba el tráiler de esta película es que Helen (Elastigirl) cobraba un gran protagonismo en la nueva historia y todo parecía indicar que Los Increíbles también habían sido víctimas de la ya trillada agenda feminista de Disney y el redundante mensaje del Girl Power.
Afortunadamente Bird pudo evitar esta cuestión y abordó el conflicto de un modo muy equilibrado.
La película se centra bastante en los cambios de paradigma en los roles de género y es impecable el modo en que el director trabaja el tema a través de los diálogos que no caen la prédica de corrección política.
Elastigirl cobra mayor notoriedad al ser la elegida para cambiar la imagen de los superhéroes que están prohibidos, mientras que Mr. Increíble se tiene que hacer cargo de las tareas hogareñas y la crianza de los niños. Algo que resulta una odisea debido a su mentalidad machista.
Brad Bird con este conflicto toma el riesgo de separar a la familia durante la mayor parte del film pero eso contribuye a que podamos ver un mayor desarrollo en los personajes. Inclusive en los chicos, Dash y Violet, que presentan una mayor madurez en esta entrega.
Si a esto le sumamos el extraordinario trabajo que presenta esta película en las fascinantes secuencias de acción y el diseño de ese mundo retro futurista donde se desenvuelven los protagonistas es complicado encontrar algún motivo sólido para que Los Increíbles 2 resulte una decepción.
No puedo dejar de mencionar la excelente banda sonora de Michael Giacchino que intensifica esa impronta retro que le dio Bird a su obra y sigue resonando en la mente a la salida del cine.
Hace mucho tiempo que no me pasaba esto con una película de Pixar, cuya afición a las historias deprimentes me habían agotado.
Amé Los Increíbles 2 por el humor y la inteligencia con la que le rinde homenaje a los cómics de superhéroes. Una de mis favoritas de este año que recomiendo.