Podríamos decir que 14 años es demasiado tiempo de espera para una secuela. Si contar una nueva historia con los mismos personajes, que retenga o supere la calidad de la anterior, ya es suficiente desafío, es todo un problema sumarle la cuestión del paso del tiempo y que tenga sentido que esta nueva historia pase ahora y no antes.
No obstante, en el caso que nos compete esto se trata de animación. Como los diseños no envejecen, esos 14 años se pueden volver 14 minutos sin que haya cambiado nada. Sea de un lado o de otro, Los Increíbles 2 llega finalmente a las salas, nuevamente bajo la dirección de Brad Bird
Igualdad Superheróica
La película empieza directamente donde terminó la anterior, con la familia Parr consolidada como toda una agrupación superheroica y haciéndole frente a un supervillano. Cuando este huye y la ciudad queda destrozada, el gobierno no solo se convence de que los superhéroes se deben mantener ilegales: también queda suspendido el programa federal que protegía sus identidades y les daba un techo.
La familia parece que se las ve negras. Hasta que un multimillonario, llamado Winston Deavor, les ofrece la oportunidad de monitorear sus actividades justicieras para poderlas difundir al público y devolver los superhéroes a la legalidad. Quiere comenzar el experimento con Elastigirl por ser menos propensa a la destrucción pública que Mr. Increíble.
Las cosas se complicarán, por un lado, con la aparición de un siniestro personaje llamado Screenslaver, que puede hipnotizar a quien sea para hacer cumplir su voluntad; y por otro, con Mr. Increíble descubriendo que la vida de un padre que se queda en casa cuidando a los chicos no es tan fácil como parece.
El guion de Los Increíbles 2 es uno prolijamente estructurado, y como es de esperar de un producto Pixar, con una considerable cuota de inteligencia. Aunque no descuida la dinámica con su antagonista y hay escenas de acción bien ejecutadas a mansalva, la película pone más el acento en el tema del trato igualitario entre hombres y mujeres.
La carne del relato es cómo afecta a Mr. Increíble ser quien se queda en casa mientras su señora es la que sale a tener aventuras. Es cómo él lidia con los problemas para aprender matemáticas de Dash, las dificultades adolescentes de Violet con un chico al que le borraron todo recuerdo de ella, y los nuevos poderes del bebé Jack-Jack, siendo estos últimos la fuente de no pocos momentos de comedia.
Si bien darle la misma profundidad a cada línea narrativa es una de las virtudes que tiene la película, trae consigo la desventaja de que los 118 minutos que dura se sientan un poco, particularmente en la segunda mitad de la historia.
Por el costado técnico la calidad de animación es notable e incluso más fotorrealista que la original, y no solo para las escenas de acción: también para las que no lo son tanto. La música de Michael Giacchino sostiene lo logrado por la original, subrayando dignamente las escenas.
Conclusión
A pesar de que su segunda mitad pueda ser un poco más densa, Los Increíbles 2 es una secuela tan adecuada como entretenida. Una narración a la altura del estándar de calidad que ha sabido construir Pixar, pero lejos de sus títulos más memorables.