En ciertas ocasiones el director, con sus puestas de cámara y encuadres, me hizo sobresaltar de la butaca, por lo tanto un punto para Guillem Morales. Pero a la hora de dirigir actores, los puntos van en su contra.
La película tiene baches por donde se la mire, la ceguera en el personaje de Belén Rueda (pronunciado escote) aparece y desaparece, no se sabe bien por qué, al igual que el malo que aparece y desaparece sin razón, forma ni motivo. Belén Rueda, en lugar de interpretar a una persona no vidente, parece un zombie, e irónicamente hace mejor de ciega cuando ve, pero quiere actuar que no ve frente al mal, ¿ se entendió?
La tensión en la peli se produce por la fuerte banda musical y la eficacia de los efectos sonoros.
Por momentos me pregunté el por qué los personajes hablaban de esa forma, algo así como que recitaban. No sé bien si el texto era muy trabado o no estaban bien dirigidos. Me inclino por ambas cosas.
Los Ojos de Julia es un film que se ve bien en cuanto a su atractiva fotografía, pero no satisface, las cosas no cierran.
Como en la mayoría de las películas de terror o suspenso, el público se pregunta por qué la protagonista se queda en ese lugar sola, pudiendo irse a un sitio seguro, pues en esta peli la protagonista tiene una desventaja, su ceguera, y además parece buscar el peligro metiéndose sola en una casa llena de ruidos y con una vecina medio tonta que también, como el malo, aparece y desaparece.
Lo bueno ya lo dije: los encuadres contrapicados, la fotografía, y agreguemos las locaciones. Por lo demás, todo brillará por su ausencia, incluso para los amantes del género. Eso sí: tiene un final digno de Secretaria Ejecutiva. pero más rococó.