Y Hollywood sigue adaptando desesperadamente comics. Por si la interminable oleada de superhéroes no fuera suficiente, ahora están adquiriendo los derechos de novelas gráficas e historietas menos conocidas. No necesariamente un comic en miniserie implica que el guionista haya creado una genialidad - vean sino Terror en la Antartida -, pero es una clara señal de que las ideas se han agotado en los estudios hollywoodenses. Ahora es el turno de The Losers, un comic de la línea adulta Vertigo de la DC Comics. No hay nada absolutamente original en el film, el que termina siendo un reciclado descarado de las películas de acción típicas de los años 80, cuando Stallone, Willis y Schwarzenegger eran las estrellas del momento. Eso no significa que no deje de ser entretenida, pero precisaba un director con un poco más de talento para afinar la puntería. En realidad The Losers era un comic escrito en los años 70 por Robert Kanigher que trataba sobre un grupo comando en la Segunda Guerra Mundial. Saltamos de allí al año 2000, en donde el historietista Andy Diggle estaba buscando personajes antiguos de la DC para realizar algún reboot de ellos. Allí dió con The Losers, aunque se dió cuenta de que la editorial ya estaba trabajando con otras historias basadas en la Segunda Guerra Mundial y descartaría de plano su proyecto. Tomando algún nombre de personaje (el sargento Clay) y el título de la tira de Kanigher, Diggle se mandó a hacer su propia trama sobre un grupo mercenario traicionado por sus superiores y lanzado a un sendero de venganza. La novela gráfica duró 32 capítulos, impresos entre el 2003 y el 2006. Y aquí los guionistas Peter Berg y James Vanderbilt terminaron por adaptar la primera de las historias. En sí, The Losers es un rejunte de estrellas de medio pelo y en ascenso. El problema es que ninguna de ellas tiene demasiada chapa propia como para garantizar la taquilla, algo que se terminó por comprobar en la magra recaudación del filme (25 millones de presupuesto versus menos de 30 millones de recaudación en Estados Unidos). Pero no es una mala película como para haber sufrido semejante suerte. La trama no es original pero es movida - grupo de mercenarios traicionados por un villano dentro de la fuerza y que ahora se lanzan en una vorágine de venganza y destrucción -. El cast es muy bueno: está el futuro Capitán America Chris Evans, Jeffrey Dean Morgan (el Comediante de Watchmen), y Zoe Saldana, que hace triplete luego de Star Trek: El Futuro Comienza y Avatar. Las perfomances son buenas. Hay un villano más que potable y muy carismático (Jason Patric, intentando hacer su mejor imitación de Robert Downey Jr... y casi lo logra). Hay balas y explosiones. Hay gags y risas. ¿Qué pudo haber fallado? Si bien una parte se le puede reprochar a su falta de marketing y la ausencia de actores taquilleros con chapa propia, el otro defecto (importante) es la dirección de Sylvain White. A la pirotecnia le falta algo de nervio. A las perfomances le falta una pequeña horneada. Pero sobretodo, a la historia le falta un cierre. Por respetar al espiritu del comic con demasiada fidelidad, lo cierto es que el climax del filme es insatisfactorio. El exceso de ambición, las ganas de dejar todo abierto para una futura secuela arruinan las expectativas de un grand finale como la gente. El otro caso que se me viene a la memoria es el de Serenity, en donde el despiadado guionista de turno (Joss Whedon) no tenía empacho de salvar al villano de su merecida muerte, simplemente porque se había enamorado de él y lo quería dejar en reserva para una secuela que jamás llegó. Y, por lo visto con la recaudación de The Losers, aquí pasará lo mismo. The Losers es recomendable. Es pura acción, y el guión no pretende tomarse muy en serio a sí mismo. Chris Evans le pone mucha gracia a su papel (siempre salva su parte, aún en los filmes más malos como Push) y Jason Patric tiene algunas líneas deliciosas, aunque es algo blando para el papel. El resto está ok, y entretiene de manera grata a la vieja usanza, como eran los blockbusters de hace 30 años.
A pesar de estar basado en un comic de DC Comics, "The Losers" es más parecido a un capítulo de la serie de los años 80 "Brigada A", donde un grupo de soldados (de una de esas "fuerzas especiales") es traicionado y decide vengarse. Casualmente pronto se estrenará la película basada en esta serie, llamada "The A-Team", con Liam Neeson como Hannibal y Bradley Cooper como Faz. El grupo élite esta compuesto por soldados con distintas habilidades (un líder o cerebro, un experto en tecnología, uno en armas, otro en vehículos) quienes, junto a una hermosa espía llamada Aisha, deciden buscar y vengar al malvado Max. Pero en el fondo son buena gente y no les gusta matar por matar, algo que marcan en una de las primeras escenas. Desde un principio queda claro que esta película no busca ser una producto serio del género, sino que apunta a entretener mezclando secuencias de acción ridículas, algunos momentos divertidos, una linda mujer y un malvado medio gracioso. Las secuencias de acción están armadas de forma poco creíble y exagerada (al ver el tiroteo en medio de la ciudad sin policías o la escena del avión, se entenderá a qué me refiero), pensadas para un público desde los 13 años, donde no se ve sangre ni muertes. Las escenas divertidas funcionan bien (a diferencia de otras películas de acción que resultan graciosas sin desearlo), principalmente gracias a Chris Evans ("Fantastic Four"), a quien pronto veremos interpretando a "Captain America". Evans, a quien le toca el papel de geek, se lleva la mejor escena del film cuando debe infiltrarse en un edificio y lo hace cantando "Don´t Stop Believing" de Journey. Zoe Saldana interpreta a a la dura y hermosa Aisha, en un rol de acción que le calza perfecto, luego del éxito en sus anteriores trabajos "Avatar" y "Star Trek". Jeffrey Dean Morgan ("Watchmen") como el líder Clay, Columbus Short como Pooch, Idris Elba como Roque y Óscar Jaenada como Cougar completan el grupo de soldados. Jason Patric interpreta a Max, un malvado caricaturesco que tiene momentos bizarros como el del paraguas. Desesperados en Hollywood por crear una franquicia exitosa a partir de cualquiera de estos comics, el final queda abierto para una continuación, la cual dudo que llegue.
Semejanzas sin diferencias Muchas veces identificar a una película por el título original con el que sus autores decidieron llamarla puede resultar confuso, sobre todo si tenemos en cuenta los usos y costumbres del país en donde se estrena. The Losers (2010) o Los perdedores, tal sus traducción literal, es uno de esos casos. De antemano el film remite en el subconsciente de un posible espectador a una tipología cinematográfica que estará muy alejada del resultado final. Extraña mezcla entre Brigada A (The A-Team) y la serie de culto argentina Los simuladores (Damián Szifrón, Telefé), el film se centra en un grupo de militares dados por muertos que deberán desenmascarar una red de corrupción política, narco y un sinfín de negociados que involucran a altos personajes de las más diversas áreas del gobierno, la sociedad, el círculo militar y la mafia, para volver a la vida real y dejar de estar muertos en vida. Desde sus inicios el film presenta a cada uno de los personajes del grupo en cuestión de la misma manera que lo hacía la serie de Szifrón, en dónde cada uno ocupaba un lugar específico dentro del comando con una tarea identificatoria. En la escena subsiguiente los vemos actuar dentro de un operativo militar, aunque el azar hará que erróneamente ellos no vayan en el helicóptero en el que deberán ir y que será aniquilado con todos sus tripulantes. A partir de ese instante ellos se harán pasar por muertos. Si esto no es ídem a Brigada A y a su vez a Los simuladores que nos avisen porque las pruebas remiten lo contario. De ahí en más lo mismo de siempre, ellos irán tomando diferentes identidades hasta desentramar la madeja que los puso en esa situación. Los perdedores, que nada tiene que ver con el fracaso de los personajes, transita por el género de la acción con mucha comodidad, brindando algunas escenas, que si bien no pasarán a la historia, le dan ritmo a una historia cargada de similitudes y clichés, como es el caso del personaje que interpreta Zoe Saldaña, la típica y hermosa mujer que se enamorará del galán del grupo, aunque ese amor nunca llegue a concretarse. Al terminar la película uno intentará buscar alguna coherencia entre el título y lo que vio, coherencia que tiene más que ver con quienes fueron incapaces de contar una historia más original que la que se refiere a las habilidades de los personajes representados. Para ver un sábado a la noche después de todos los planes se vinieron a pique y ya no queda más nada que hacer, salvo sentir que uno no es un perdedor.
Cómo destruir una película en 15 minutos Cómo destruir una película en 15 minutos Seamos francos, no es que antes de esos últimos quince minutos The losers -basada en un comic de DC con el mismo nombre- sea una película de acción inolvidable, un clásico del género, con escenas y diálogos que nos quedarán en la memoria por años. La verdad, no está ni cerca de eso, pero se podría decir que antes de esas fatídicas tomas finales, The losers era una película de acción con toques humorísticos mediánamente decente y que -y esto es lo más destacable de la mayoría de su metraje- no se iba por las ramas en las escenas de acción. The losers cuenta la historia de un equipo de soldados que es traicionado y quiere venganza. Para llevarla a cabo se sumará a la historia una mujer atractiva -la ascendente Zoe Saldana- que necesita de un equipo de soldados para... ejecutar su propia venganza contra el mismo enemigo. Este malvadísimo sujeto, un villano más malo que el demonio pero con un ridículo sentido del humor que le hace decir chistes sin parar -interpretado por Jason Patric con tanta mala puntería como la que tuvo el guionista al que se le ocurrió un papel tan grotesco- tiene el loco plan de comprar unas superbombas nucleares a unos árabes inocentones que creen estar haciendo negocios. De más está decir que el guión está lejos de ser una maravilla. Los personajes son clásicos: el jefe, su mano derecha, el payaso, el esforzado que se preocupa por su familia y el latino callado que sólo hace su trabajo conforman el grupo de guerreros de elite sin miedo a nada. Se destaca la labor de Chris Evans (Los cuatro fantásticos) como el bufón del equipo, un comodín, experto en computación pero también capaz de saltar techos y disfrazarse para meterse en lugares restringidos. Su personaje es quizás tan ridículo como la mayoría de la película, pero de alguna manera Evans logra sacarle el jugo a su papel y hacer reír con sus ocurrencias. Lo bueno de The losers es que no se toma a sí misma demasiado en serio. La mayoría de los personajes están construídos sobre una base cómica, muchos diálogos están orientados hacia el humor dentro del metraje, lo que genera que el espectador se relaje y no sea tan exigente con lo que la historia les va presentando. A pesar de todo esto, los hechos relatados -en especial las escenas de acción- mantienen hasta muy cerca del climax una cierta verosimilitud (la pérdida de credibilidad va in crescendo desde un comienzo bastante normal a un final intragable), un aura mínimamente creíble si nos esforzamos un poco y nos atenemos a que se trata de una película de acción moderna. Es difícil recordar películas de acción de los últimos años en donde el espectador no se quede con una sonrisa socarrona mirando las escenas de tiros y no diga "dejate de joder". Es cierto, nuestro equipo secuestra un camión blindado con un helicóptero y se lanza a un ataque sorpresa contra todo un ejército, pero son audacias que resultan mínimamente soportables dentro de lo esperable. Otra escena en donde el personaje de Evans mantiene a tres hombres armados amenazados con sus dedos en forma de pistola engancha más por el costado cómico -y la ocurrencia de la resolución del problema- de lo que molesta por su falta de correspondencia con el mundo real. Quien se lleva un poco de crédito por el filme termina siendo el director, que pese a ser el responsable de todo el producto, le imprime al metraje un estilo, un sello característico (muy a lo Guy Ritchie, con cámaras lentas y montajes rítmicos modernos) . En ese sentido, el poco rutilante Sylvain White sale bastante bien parado. En definitiva, The losers es una película de acción bastante tontuela -como esos amigotes pesados que se la pasan haciendo chistes hasta cuando el momento no lo amerita-, con algún que otro artificio visual atractivo (aunque también descarrila en ese sentido en algunas escenas) y con una historia a la que no hace falta prestarle demasiada atención para seguir. Su final nos invita a creer que habrá una continuación, aunque su floja performance en la taquilla norteamericana nos hace dudar de esta posibilidad.