El tema de la ceguera considerada como falta de entendimiento, como indiferencia, como impedimento. Para Graciela de Luca es mostrar una historia de esfuerzos, trabajos, tesón pero por sobre todo una relación de amor que convoca sin prejuicios a la ternura de dos seres que soñaron un futuro mejor que no pudo ser. Para Natalia y Daniel las confesiones fueron fáciles, el origen de sus problemas con la vista, como lo afrontaron con la ayuda de sus familias, las prácticas del deporte, la inserción en la sociedad, la indiferencia de muchos, los logros, el arte. Ese encuentro que fue seguido de convivencia y de planes para formar una familia. A través de sus testimonios vemos como son las clases para no videntes, las prácticas de deportes y artísticas, los procesos de aprendizaje. Una manera de abrir cabezas sobre temas tabú, que preferimos ignorar. Un trabajo conmovedor.