El segundo film de la directora So Yong Kim ("In Between Days", Ganadora del BAFICI 2007) cuenta una historia chiquita y simple, con un ritmo tranquilo, en la que no pasa mucho.
Pero recomiendo tener paciencia, dedicar apenas 89 minutos, para descubrir una película linda y tierna.
Aquí conocemos a Jin y Bin, dos hermanitas que deben aprender a cuidarse entre ellas cuando su madre las deja con una tía, una mujer indiferente que las ignora, para ir en busca del padre de las niñas.
Sintiéndose abandonadas y sin la posibilidad de ir al colegio, las dos nenas pasan el día solas, buscando la forma de entretenerse.
Ilusionadas con el regreso de su madre, quien prometió volver cuando llenen de monedas una alcancía, ellas se las ingenian para vender grillos y cambiar monedas grandes por más chicas, cumpliendo así más rápido el objetivo.
Pero su inocencia las lleva a una desilusión, cuando su madre no regresa y son enviadas a vivir con sus abuelos al campo.
La directora no se preocupa por presentar un trabajo con grandes giros argumentales, o detallar demasiado lo que le ocurre a los mayores, sino que prefiere dedicar ese tiempo a las dos pequeñas.
La cámara siempre las sigue a ellas, por momentos muy de cerca, mostrándonos su mundo como si fuera un documental.
Y éste es el principal mérito de So Yong Kim, sin necesidad de música y eligiendo actores no profesionales, logra un relato muy natural.
Mención aparte para el trabajo de las dos nenas, sobre todo la mayor, quienes logran excelentes interpretaciones, donde parece difícil creer que están actuando.
Si bien, a medida que se desarrolla la historia, pareciera que nos introducimos más y más en un film melancólico, el final nos deja un momento alentador.