Dado que esta coproducción uruguayo argentino-hispana recibió premios en festivales como Sundance, no debería esperarse nada en la tradición de Spielberg ni mucho menos Hemingway. Pero sí, hay tiburones, ya que en la escena de créditos se ve una aleta, y en algún momento aparecen lobos marinos medio devorados en una playa uruguaya, lo que preocupa a los botijas locales, que no sólo ven peligrar la inminente temporada turística. Y encima hace unos días, desde que empezaron a circular los avistamientos escuálicos, no pescan nada.
Para complicar las cosas en la modesta comunidad oriental, tienen problemas de agua corriente, lo que se suma a ciertas tensiones familiares y personales de la protagonista adolescente.
Lamentablemente no las tensiona tanto como para volver intensa a esta interesante pero demasiado leve historia de crecimiento y vago despertar sexual, entre otras cosas que por estar contadas de modo excesivamente sutil no logra enganchar del todo al espectador. Sin embargo “Los tiburones” está muy bien filmada, por lo que siempre hay algo para ver.
Ademas las actuaciones son más que razonablemente aceptables, igual que los diálogos bastante creíbles. Lo que es destacable es el score musical retro pop bien al estilo Giorgio Moroder a cargo de Fabrizio Rossi y Miguel Recalde.