Rosina, la protagonista de Los tiburones vive en un balneario junto a su familia. Ella dice haber visto tiburones y a lo largo de la película hay una preocupación de todo el pueblo por la posibilidad de que sea algo más que una sospecha.
Los conflictos familiares, en particular con su hermana, hacen que la tranquilidad del lugar no sea tal. La falta del agua potencia los problemas. Rosina comienza a ayudar a su padre en trabajos de jardinería, junto con otros tres jóvenes. Con uno de ellos empezará una tensión y habrá un acercamiento. Los tiburones del título aluden, tal vez, al comportamiento de los personajes. Sin subrayarlo, pero con claridad, ambas cosas irán creciendo durante la película.
Una carismática protagonista y un elenco sólido le permiten a la directora crear drama sin excesos y humor con sutilezas. Es mérito de la realizadora Lucía Garibaldi, sin embargo, que la película consiga un tono exacto, sin estridencias y sin embargo con interés.