Lo primero que debo decir de "Mal del Viento", es que es un documental fuerte. Luego de terminada su proyección, es difícil no sentir el peso de la tragedia encima, como impresión... física. Pero más complejo es definir cuantas ideas se entrecruzan a la hora de analizar el fenómeno cultural descripto con el seguimiento del caso "Julian Acuña".
Para quienes no conocen la historia, Julián era un niño mbya guaraní de 3 años, de la zona del El Soberbio, en Misiones. Sus padres (Crispín y Leonarda), no lo veían bien y decidieron llevarlo a un hospital local para su atención.
Luego de estar un par de días internado allí, y ante el cuadro que no mejoraba, ellos deciden volver de vuelta a su comunidad con su hijo, dado que según su visión, la medicina blanca no estaba surtiendo efecto. Al producirse este hecho, la jueza Alegre decide intervenir e internar al niño en el hospital de pediatría Ramón Madariaga, para ser enviado a Buenos Aires pronto (al Gutierrez) donde se le diagnostica una cardiopatía congénita.
Una vez que el caso cobra impacto mediático, Ximena González, quien estaba trabajando con el grupo Documenta, decide hacerse cargo de la propuesta de seguir el caso y mostrar, a través de la imagen y las palabras, la compleja problemática intercultural planteada en el conflicto.
Julián pasa tiempo en nuestra ciudad internado y la directora, está junto a él. Autorizada por sus padres, ella elige acompañar, observar, conmoverse y participar, silenciosamente, de toda la trama que se va tejiendo en relación al gran versus de la película: respeto por las creencias de la cultura aborígen o apego a la alquimia del mundo moderno dominado por los blancos?
Está en juego la vida de un niño pero... se debe aceptar la decisión de los padres o hay que agotar los medios desde la fría concepción citadina de que nada funciona mejor que nuestra medicina? y podemos ir más lejos aún: ¿qué tipo de historia construyen los actores sociales de esta etapa posmodernista? ¿Es posible conciliar las visiones de dos culturas posicionadas asimétricas en esta época (dominadora-dominada)?
González va armando su relato con imágenes de archivo, secuencias de pasillo en hospitales, algunos cortos testimonios y mucha observación de la trama vincular madre-hijo. Esto va generando en el espectador mucha movilización al ver el cariz de la situación.
No encontraremos (al menos, este cronista no lo ha hecho), respuestas que nos cierren en este análisis documental. Sí, (y más allá de la dolorosa partida física de Julián, que aún hoy, conmueve) muchos interrogantes. Preguntas que mercen ser tenidas en cuenta para volvernos una sociedad más justa y con memoria.
Debates que sólo aparecen, mediáticamente, cada tanto, pero que no ocupan lugar en el tiempo que vivimos.
Bienvenido entonces el poder cuestionar la autoridad que creemos ostentar. Será la hora de volver sobre nuestros pasos y buscar en esa dirección. Desde esa perspectiva, "Mal del viento", es un punto de partida válido y consistente.