Este es un thriller de amor y suspenso, relacionado su relato con el tema de la violencia de género, lo que siente una mujer, cuanto estas sufren, más aun si está relacionado con el amor, y algunas mujeres pueden transformarse en vengadoras y hasta asesinas a causa de los hombres.
Entra en acción Rosario (Florencia Raggi) tiene treinta años, es una asesina a sueldo, mata a hombres que maltratan a o abusan de mujeres, no le interesa su clase social, ninguna razón le impide hacer su trabajo, es fría, perfeccionista e inteligente y por cada caso recibe una muy buena remuneración. Su fama crece, la prensa sigue sus pasos y comienza a ser buscada por la policía. Un día algo sucede y Rosario es perseguida por varios policías, este seguimiento es intenso, una gran persecución, una escena muy jugada ella cae en un lugar rompiendo varios vidrios, luego de eso es atrapada y torturada por varios policías.
Pero alguien la sacara de allí, y tiene que aceptar su próxima misión María (Ana Celentano), quiere vengarse de su ex marido Rodrigo (Rafael Ferro), ahora casado y a punto de tener un hijo con Angélica (Juanita Viale). Todo cada vez se va tornando más misterioso e irracional, parecía esto sencillo pero todo esconde un plan enfermizo, un laberinto de pasiones, traiciones, confusiones y complejidades. Este es uno de esos films del que no se pueden dar demasiados detalles, este se va transformando en un thriller psicológico, se esconden oscuras situaciones, se va armando un clima extraño, entre mujeres como los personajes de Florencia Raggi, Ana Celentano, Liz Solari, Brenda Gandini y María Duplaá y un juego de personalidades y de emociones.
Contiene una buena fotografía (Diego Poleri- “El árbol”, “Judíos por elección”), y música (Sebastián Escofet), plagada de mensajes, extremada violencia, sangre, sexo, llena de secretos y misterios, el director se mete en un cine bizarro y de clase B. El problema surge cuando termina siendo algo confuso, enredado, actores poco aprovechados, hay una escena como otras que podría haberse aprovechado muy bien cuando la actriz María Dupláa entra y sale del establo (quienes vayan al cine me entenderán mejor); flojo el montaje y cuando uno analiza toda la historia le queda cierto sabor amargo. Cuando finalice permanezca unos minutos en su butaca porque hay algo más.