Cameron Díaz llega a tu aula favorita
Jake Kasdan es hijo de Lawrence, famoso director que en los 80 supo deleitarnos con "I love you to death" y la maravillosa "The accidental tourist", entre poco más de una decena de films que realizó, amén de importantes trabajos como guionista. Su hijo va empezando un camino interesante en la industria, a juzgar por dos productos que llamaron la atención de los zares del negocio: "Orange country" (donde mi ídolo Jack Black se luce) y "Zero effect" (con protagónicos de Bill Pullman y Ben Stiller). En estos dos largos, Kasdan hijo empieza a delinearse como un sujeto empapado en esta suerte de nuevo enfoque que los americanos dan a sus comedias adultas pero agregando un sello personal que lo destaca como realizador. Construye sus universos con pocos personajes bien delineados y busca hacerse de un camino lejos del cine que proponía su padre... Esta "Bad teacher" es un típico exponente de la Nueva Comedia Americana y entendida como tal, es un producto regular, aunque no exento de aristas interesantes y divertidas.
Y aunque algún colega se enoje porque está sobreentendido para los cinéfilos hablar de la NCA, es bueno recordar su definición para los iniciados en el género. Nace a fines de los 90 ligada al género televisivo (del que toma algunos elementos de la sitcom) y explora (en mi opinión, discutible, por supuesto), el paso de la adolescencia a la adultez en gente que va de los 18 a los 40 años. Reflexiona con humor sobre situaciones que otras generaciones resolvían rápidamente (irse a vivir solo, estudiar en la Universidad, sostener una pareja, casarse, tener hijos, progresar en el trabajo) y que ahora, por una cuestión de este mundo posmoderno, llevan años abordar y naturalizarlas. Sus guiones son estructurados de manera que se permiten lo escatológico y la trasgresión contenida, en un rango que va desde fuerte (con los alicaídos hermanos Connelly y Todd Phillips en un extremo) hasta una veta más cool y relajada (piensen en Ben Stiller, Jude Aptow o Will Ferrer). Tienen una visión más contemporánea y descontraturada de la clásica comedia histórica del gran país del Norte, prefieren buscar la risa desde la mirada irónica del mundo que nos rodea y no presentan a sus personajes como íconos a seguir, sino como sujetos simples a los que le pasan cosas comunes al resto. Rompe con la distancia del megacomediante estrella y su público y elige un modo amable que le permite ganar adictos en todo el mundo. Como todos los géneros, tiene productos buenos, regulares y malos, pero es muy taquillera y es bueno poder llevarse bien con ella (hay films que son disfrutable más de una vez), por lo que hay que respetarla y reconocerle sus aciertos.
Pero volviendo a nuestro tema, "Bad teacher" es el film que nos convoca esta vez. Comedia poco sutil, escatológica y políticamente incorrecta que llega a nuestra cartelera, a escasas semanas de su lanzamiento en USA. Indudablemente, Cameron Díaz sigue siendo una actriz taquillera y en esta oportunidad, encuentra el vehículo perfecto para lucirse como comediante ya que prácticamente el enfoque del libro que Lee Eisenberg y Gene Stupnitsky - de "Year One"- la ubica como ariete de lanza para depositar la suerte del film en sus hombros.La historia presenta a una profesora de primaria que llega a sus treinta y que muestra un profundo desprecio por la profesión. Superficial, coqueta y poco amistosa, Elizabeth (Díaz) cierra su primer año en la escuela despreocupada: va a casarse con un millonario y la vida le sonríe. Pero algo sale mal... (y...gastar 16000 dólares en tarjetas en un mes parece mucho) y su desenfadado modo de vida, lleva a su novio a terminar la relación. Destruída por el rechazo y con serios problemas económicos, esta docente no tendrá otra alternativa que volver a su lugar de trabajo y ver qué hace para conseguir un novio rico rápidamente. Ella tiene claro que su único objetivo en la vida es casarse con alguien que tenga mucho dinero asi que cuando el potentado Scott Delacorte (Justin Timberlake) llega como profesor suplente, toda su energía estará dirigida hacia él. Claro, tendrá rival, su colega Amy (una brillante Lucy Punch) quien también estará interesada en el nuevo y no se lleva muy bien con Elizabeth. En el medio, claro, está la tarea docente. Pequeño detalle.
Lo cierto es que Cameron Díaz es una veterana comediante y sabe lo que tiene que hacer. Le pone el cuerpo a una mujer despreciable y su cinismo y brutal honestidad hará las delicias del público en varias escenas que no tienen desperdicio. La vida escolar está recreada con bastante crudeza y si bien es cierto que nos cuesta pensar en una catedrática de este tipo, lo cierto es que el guión pinta bastante bien los distintos estereotipos que podemos encontrar dentro de la fauna docente. Todos sabemos que la profesión es difícil y los años de desgaste se van sientiendo así que estos secundarios aportan su granito de arena a reecontrarnos con perfiles que conocemos bien y que son peligrosamente familiares a nuestra historia común (quién no tuvo docentes así?). El problema de la trama es que no termina de delinear la emocionalidad de Elizabeth de manera equilibrada. Conocemos sus rasgos psicopáticos y su sangre fría, por lo que cuando la historia avanza, no logramos entender los cambios que en ella se producen, casi mágicamente. Ese es el mayor defecto de "Bad teacher". Tanto intenta convencernos de lo mala que es esa profesora que cuando ella da un vuelco (y es inherente a cualquier típica comedia) nadie lo cree. Y no es responsabilidad de Cameron Díaz. Se pasa la primera hora convenciendonos de quien es y porqué hace lo que hace. Cuando el film busca un cierre que impacte, desluce todo su trabajo previo y equivoca el camino dado que la película fue construyendo en una dirección y termina en el lado contrario. Algo no salió como lo esperado.
Como docente, debo reconocer que me reí mucho. Los diálogos que se dan en sala de maestros y entre colegas son bastante creíbles y el enfoque general de la institución también está logrado (eso debería asustarnos!!), por lo que si su profesión es la de enseñar casi que no deberían perdérsela. Es casi terapeútica.
El resto del público la encontrará liviana y escatológica, simpática y potable, supongo.
No es, sin dudas, de lo mejor de Cameron Díaz, pero es aceptable. No se olviden de llevar su manzanita.